La Asamblea Legislativa aprobó la Ley de Reconstrucción de la Ciudad de México, que buscará acelerar el proceso de demolición y “renacimiento” de la ciudad.
Con 35 votos a favor y 17 en contra, fue aprobada la Ley de Reconstrucción de la Ciudad de México, que asegura el apoyo a la ciudadanía afectada por el sismo del 19S
Dos meses han pasado ya desde que el terremoto del 19 de septiembre sacudió nuestra ciudad. El total de construcciones colapsadas —de acuerdo con la Comisión de Vivienda de la CDMX— es de 51, que dejaron al menos 369 víctimas mortales. Además, CDMX se enfrenta a un problema de vivienda, pues se estima que cerca de 2 mil 273 edificaciones sufrieron daño total y, al menos, 3 mil 492 daños parciales, lo que deja a cientos de familias en la calle debido al peligro que implica volver a casa.
Ante este problema, el gobierno de Miguel Ángel Mancera impulsó la creación de la Ley de Reconstrucción de la Ciudad de México para que ésta garantice un levantamiento de nuevas viviendas para los perjudicados, así como la rehabilitación de las zonas afectadas, con el uso de recursos públicos primordialmente, de tal forma que los damnificados no sean revictimizados en este proceso.
Sobre esta ley, que dispone lo dicho por el jefe de gobierno de CDMX en los días posteriores al sismo, y que busca acelerar el proceso de demolición, levantamiento de cascajo y reconstrucción/rehabilitación, destacamos los siguientes puntos:
Sobre los rumores respecto a que el gobierno de la ciudad dejaría sin apoyo a las personas que perdieron su patrimonio —haciéndolas responsables del pago de sus viviendas—, el diputado Andrés Atayde Rubiolo detalló que esta ley permitirá que todos los afectados reciban apoyo público sin importar su condición social. El censo y verificación de las necesidades estará a cargo de la Secretaría de Desarrollo local.
Además de lo anterior, la Ley de Reconstrucción de la Ciudad de México es un parteaguas para los cambios necesarios en los mecanismos de respuesta a las emergencias en nuestra ciudad; impulsará cambios en la política de desarrollo urbano de la ciudad y el fomento —más fuerte— de una cultura de protección civil más sólida.