Disfruta un pan calientito, recién hecho y con mucho sabor en CDMX. ¡Mira lo mejor en este top!
¿A quién le dan pan que llore?, reza el dicho popular, al que también puede agregarse algún sándwich abierto, pastel u otra pieza que acompañe un delicioso café o chocolate con estas panaderías y reposterías, que pueden encontrarse en algunos lugares del DF.
Dulces o salados, acompañados del tradicional café americano o una copa de vino, para comer instalado a la mesa o llevar a casa. El pan es el alimento más versátil de la humanidad, y puede disfrutarse desde que despunta el sol hasta entrada la noche, no importa horario u ocasión. Siempre es un deleite probar una pieza de pan artesanal recién hecho o quizá uno elaborado sin tantos procesos químicos.
La planta baja de una casa antigua de la colonia Juárez aloja un pequeño restaurante con la cocina abierta y una barra doble que enlaza el interior con el exterior. Se llama Teo Luncheonette y su propuesta es de comida saludable y panadería bien ejecutada.
Un gran ventanal deja a la vista sus pasteles, tartas y panes, para atraer la mirada de la clientela. Los hay de chocolate, de merengue con dulce de leche, de queso, de frutas… El paraíso para quienes no pueden vivir sin los placeres prodigados por el azúcar, no importa si los gustos son limitados por salud o por una práctica alimenticia como el veganismo.
Hermanos mayores de los montaditos españoles, por el tamaño, aquí ofrecen tartines, los cuales son tradicionales de Bélgica (en otros rincones del mundo se conocen como sándwiches abiertos). Se recomienda el tartine mediterráneo, preparado con finas laminas de papa, berenjena frita, salsa de ajonjolí y un huevo cocido.
Clásica boulangerie francesa. Dentro de su variedad de panes están los croissant con almendras, el pastel mil hojas, choux á la créme con nata y el saint-honoré (nombrado así en honor del santo patrón de los pasteleros y panaderos: san Honorato de Amiens). Si bien es uno de los pocos lugares que sirve Café Richard, una de las marcas más conocidas en Francia, que bien podría ser el equivalente al café italiano Illy en esta ciudad.