Te damos 5 razones para visitar Borgoña en tu próximo viaje a Europa. La región es famosa por sus vinos, pero Borgoña tiene mucho más que ofrecer.
Las razones para visitar Borgoña en Francia son numerosas. Borgoña es una combinación de: tradición, calidad, exclusividad y pasión. Es una de las regiones más bellas en el continente europeo. En un breve resumen artístico y musical Borgoña, es una mezcla única entre la dulzura de Julieta Venegas, la tradición de Lila Downs y la pasión de Frida Kahlo.
Primero, tenemos que hablar de comida. En esta región podemos consentir a nuestro paladar con cocina clásica o gourmet junto con sus 41 chefs con estrellas Michelin y especialidades como: boeuf bourguignon (estofado de res), huevos en meurette, coq au vin jaune et aux morilles (gallo en salsa de vino amarillo y morillas) así como los célebres caracoles.
Otra de las razones para visitar Borgoña son sus paisajes inolvidables. Por ejemplo, podemos mencionar las puestas de sol sobre los dorados viñedos en otoño, los pequeños pueblos antiguos y típicos, las colinas, los lagos y los canales. Los recorridos por estas postales se pueden realizar en bicicleta, en automóvil o incluso a través de los canales, pues Borgoña cuenta con la más importante red de vías navegables de Francia.
Si Francia es el país del “art de vivre” (buen vivir), Borgoña es la región que mejor representa esta frase. Encontrarás la belleza a cada paso, así como en sus hoteles encantadores como el Small Luxury Hotel of the World le Cep en Beaune y los más famosos como El Relais et Château Bernard Loiseau y el Relais et Château la Côte Saint Jacques, entre otros.
En cuanto a la arquitectura, Borgoña es un concentrado de toda la historia de la edad media en Europa. Sus abadías son conocidas en el mundo entero, así como sus iglesias y sus castillos. Borgoña es un suspiro de historia en cada recorrido.
Borgoña es una de las dos regiones vinícolas más grandes de Francia. Sus viñedos están clasificados como Patrimonio Mundial de la UNESCO desde julio del 2015 y sus enólogos cultivan el arte de hospitalidad. La mayor parte de los viñedos de la región son familiares. Cabe mencionar que el vino más caro del mundo se produce en Borgoña. El precio de una botella de Romanée Conti puede alcanzar miles de euros.
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