LINDSEY STIRLING: EL VIOLÍN QUE AMAMOS

LA ESTADOUNIDENSE SE PRESENTÓ EN EL AUDITORIO NACIONAL Y NI LA LLUVIA NOS DETUVO PARA DISFRUTAR DE SU MÚSICA.

Por Cristian Romero Fotografías de José Jorge Carreón / Cortesía de OCESA
Tras dos años desde su visita a la capital mexicana, la noche del miércoles, la
bella y carismática Lindsey Stirling se presentó en el Auditorio Nacional con motivo
de su “Brave Enought Tour”.
La violinista y bailarina estadounidense conquistó el recinto con un concierto
emotivo y emocionante que cautivó a las más de 10 mil personas que acudieron a
escucharla, quienes la recibieron y despidieron con una ovación.
Mientras el cielo en la ciudad se caía a pedazos con la lluvia, el Auditorio Nacional
caía ante los gritos de múltiples aficionados que coreaban el nombre de la famosa
violinista a quien deseaban ver. Para su fortuna, finalmente dieron las 20:00 horas
y el concierto oficialmente había empezado; sin embargo, los fanáticos no vieron
inmediatamente salir a Lindsey, a quien tanto anhelaban, antes llegó al escenario
la artista independiente mexicana Chela Rivas, encargada de abrir el espectáculo.
Rivas presentó covers de temas en español y en inglés que interpretó con un ritmo
de electrónica y otros que modificó a una versión acústica, tras media hora
finalmente se despidió entre aplausos y la gente volvió a los gritos de “¡Lindsey,
Lindsey, Lindsey!”
BRAVURA Y BELLEZA
Finalmente, tras poco más de otros veinte minutos de espera, se apagaron las
luces, y segundos después entre humo y luces parpadeantes aparecieron sobre el
escenario Lindsey y su banda, la violinista vestía una playera blanca con la
leyenda “Brave”, short negro y tirantes rosas. Al poco tiempo Stirling ya se
encontraba en la parte baja y frontal del escenario haciendo sus particulares
pasos, acompañada de sus bailarinas, que combinan el ballet y dubstep, los
cuales complementaban su música, la cual es una mezcla de clasical, folk y
electrónica, que en todas sus canciones encontraba el equilibrio entre lo estético
tradicional y el dinamismo moderno, lo cual es prueba de la versatilidad y talento
de la artista.
TODO EN FAMILIA

Al finalizar las primeras dos canciones Lindsey se presentó ante la audiencia con
un “Buenas noches, Mexico City” y comentó que había pasado mucho tiempo
desde la última vez que se presentó aquí, agradeció a los fanáticos que era la
segunda vez que la observaban y a los primerizos les dio la bienvenida a “la
familia Stirling”. Tras un par de canciones la violinista cambió de vestuario a un
vestido en vario tonos pastel e interpretó otros temas entre los cuales destacó
“Elements”, en el cual la escenografía led cambiaba entre los diferentes
elementos, y ese cambio se equilibraba con el cambio en el ritmo y la intensidad
de las notas de su instrumento. Después la violinista salió del escenario y se dio la
bienvenida a Mr. Erik Jackson, un miembro del crew que llevaba un cartel que
decía “Intermedio”.
UNA MUÑECA VESTIDA DE AZUL
La violinista volvió al escenario con un tercer vestuario, este era un vestido azul
largo y tacones cortos, prendas mucho más tradicionales que las dos anteriores y
es qué eran el reflejo de la parte que se venía del concierto, una parte más
tranquila y completamente acústica. Pero antes de interpretar los temas, recibió de
parte del público un cartel y un pequeño violín que le regaló una niña llamada
Luna. Tras una canción la cual la gente acompañó entre aplausos y coros, se vino
el momento más impresionante de la noche, la interpretación de “Hallelujah”, uno
de los temas favoritos de la artista, ante esa canción el ambiente fue realmente
mágico, ya que se apagaron las luces del recinto y los aficionados ondearon las
luces de su celular a la par de las cautivadoras notas de la ejecutante, al finalizar
la canción, el público ovacionó a la artista, por si eso no fuera suficiente para
ganarse el corazón de los presentes, Lindsey después los deleitó con “Those
Days” y “Beyond the veil”, ambas dedicadas a su mejor amigo y anterior tecladista
Gavi y a su padre, a quienes perdió en los últimos dos años.
LA ÚLTIMA DE LA NOCHE
Lindsey volvió a dejar el escenario y regresó Erik Jackson, a quien el público
recibió entre risas y aplausos mientras el baterista y el pianista de Stirling
interpretaban alguna canción. Stirling volvió al escenario con un nuevo atuendo y
fue recibida entre “Olés” de la fanaticada, tras eso, comentó que en su momento la
habían rechazado y le dijeron que no tenía el talento suficiente, ella comentó que
esas críticas no la detuvieron e inspiró a sus fanáticos a seguir sus sueños e
interpretó “The Arena”, otra de las canciones más emotivas y apasionantes de la
noche. Seguido de eso interpretó la que dijo sería la última canción de la noche, y
al finalizarla abandonó el escenario, mientras el público le pedía otra canción.

Tras un breve juego del ingeniero de luces con el público, dándoles fintas de que
iba a volver la violinista, ella y su banda volvieron al escenario para interpretar
“Roundtable rival” y “Don´t let this feeling fade” en una mezcla que hizo que ella,
su guitarrista Kit, su baterista Drew y las bailarinas se lucieron. Con eso,
finalmente concluyó la interpretación de Stirling, acto seguido la violinista y su
equipo recibieron una ovación por parte del Auditorio, además de que a Lindsey se
le regaló una bandera de México, la cual ondeó con orgullo, llamando a este país
su segundo hogar, con ello, Stirling despidió el concierto llevándose la bandera a
su camerino.