2×1: Las 10 mejores películas del 2013

Como cada año el vértigo de las listas se acumula en diciembre y enero. En Playboy también tenemos la nuestra.

 

Qué se puede agregar luego de las críticas a su favor. Es diversión, es arte, es belleza. La puede ver uno por el lado escapista, por el lado de los efectos o como una fábula humana. No está a la altura de Los niños del hombre, pero es muy buena.

Gran presupuesto y Guillermo del Toro en la dirección. Arriesgándose a un fracaso tremendo, Del Toro revitaliza los monstruos gigantes y se embolsa una buena cantidad de lana. Sin embargo y pese a sus declaraciones siento que a la película le falta más de su fantasía.

La fui a ver a una función de prensa sin muchas ganas (el cartel era horrible) y resultó que salí más que entusiasmado. El retrato humanizador de dos policías, una trama muy bien armada y el contrapunto perfecto entre dos países (Mex-USA) hacen que la película destaque.

La épica del white trash. Tres películas en una o cómo lo que hacen nuestros padres nos acaba determinando. Ryan Gosling con su rostro impasible e igual de sucio que siempre.

Onírica, surrealista, el recorrido de un ex presidiario por un mundo lleno de muerte y desierto nos hace recordar que el cine sigue siendo imagen y sensaciones.

Me revolví en el asiento cuando la vi. Un compañero decía en tono de burla que Heli era como un videohome pero con presupuesto. Lo cual me parece muy acertado y nada ofensivo. Una cinta que habla de lo que habla el cine popular mexicano sólo que bien hecha.

Dos amigos, bajo prespuesto y hordas de zombies todo como para pretexto para hablar sobre la amistad, la soledad y la supervivencia humana. Excelente.

Me encantó. Salí del cine emocionado. La historia improbable de un hombre improbable.

Nada nuevo bajo el sol pero la película funciona muy bien y me recordó a aquellas funciones de mi adolescencia donde el miedo iba más allá de un chico con bajo presupuesto y ganas de filmar. Yo si extraño a los profesionales.

Un thriller mainstream que si funciona. Hasta Hugh Jackman está a la altura de Jake Gyllenhaal. Una historia que funciona hasta el final, que nunca decae y que puede verse después y vuelve a funcionar.