Copenhague, ciudad bohemia

Llegué a esta bohemia ciudad lista para subirme a un crucero que navegaba por los fiordos noruegos. Sinceramente, lamenté no tener más tiempo para vivir esta urbe de ambiente alternativo. Así es, se me figuró como una enorme Condesa-Roma llena de restaurantes, museos, teatros, parques y muchísimas bicicletas. La gente aquí es relajada y en cierta forma, nada nórdica, es decir, son desorganizados. No se trata de esa ciudad danesa que podríamos imaginarnos en donde todo funciona a la perfección, donde no hay absolutamente nada de basura en las calles o donde todo es preciso. Por el contrario, Copenhague tiene el encanto bohemio que trae aparejado el desorden.
Esta onda bohemia se ve especialmente aderezada con el festival de jazz que tiene lugar los meses de julio. Este género musical llegó a la capital danesa en 1960, cuando los músicos Ben Webster, Thad Jones y Dexter Gordon se mudaron y empezaron a actuar en el Jazzhus Montmartre, club que es considerado por muchos como el centro europeo del jazz moderno.