Pilares del gran sexo

Una cosa es segura, el buen sexo no es una garantía. Una no puede hacer más que perfeccionar sus métodos y estándares de búsqueda para acercarse cada vez más a esas experiencias que siguen erizando la piel semanas después, pero siempre de vez en vez tiene que conformarse con alguno que otro encuentro mediocre. No hay queja, así es el juego, pero si yo puedo poner mi granito de arena para crear más y mejores amantes (que es todo el objetivo de este amable espacio que Playboy me otorga), pues entonces manos a la obra.

 

Estos son tres aspectos que en mi parecer pueden cambiar a un amante malo en toda una máquina de placer, si se estudian con cuidado y se trabajan con ellos. La fuente: a) un artículo magnífico que me encontré sobre una investigación realizada en 2009 y publicada en el The Canadian Journal of Human Sexuality llamada “Los componentes de la sexualidad óptima: un retrato del gran sexo”; b) una conversación de fondo a propósito de este tema con otras colegas féminas involucradas en esta búsqueda permanente de placer, esto con el fin de darle un aval mundano a esta cuestión tan académica. Lean con atención.

 

 

 

Prepárate para salir de tu zona de confort. Intentar algo nuevo siempre será una buena idea, al final, el “no” ya lo tienes. Cambia tus movimientos, usa juguetes u otros accesorios. Incluso prueba nuevas partes de la casa que no sean sólo el dormitorio. Bueno, hasta la experimentación es importante, siempre es divertido tener un pequeño y sexy secreto. No tengas miedo en proponer, créeme que te sorprenderás cuando descubras lo amplias de criterio que podemos ser las mujeres.

 

 

Esto debería ser una obviedad, pero aún hay muchas personas que les cuesta trabajo perfeccionar este tema. Las mujeres somos una máquina de reacciones, prácticamente una consola con botones, observa qué hacemos ante tu tacto, besos y frotamientos (que les llaman). Esto es fundamental señor.  Volver a una mujer loca puede ser un camino claro si te concentras en las señales que damos. Encuentra nuestros botones y disfruta de las mieles de la gratitud.

 

El sexo es la gran fuente de placer en la vida y no debe tomarse tan en serio. No todo acto de sexo tiene que ser una expresión de entrega o aquella expresión que pocos saben qué significa llamada “hacer el amor”. Muchas veces el sexo es sólo pasar un rato muy agradable, no el comienzo de una nueva vida juntos. No estoy diciendo que arrojes el romance por la ventana, pero trata de relajarte, divertirte y ser receptivo.