Rustic Kitchen, Bistro & Bar

Fundada originalmente en Boston, esta cadena restaurantera propone traer al corazón de las grandes ciudades el espíritu de la antigua cocina tradicional italiana. Aunque sus sucursales se ubican en enormes urbes, como su natal Boston, Pennsylvania, Hingham y la ciudad de México, el sabor que emana de sus cocinas hace honor a su nombre: es rústica, orgánica y artesanal. 

 

Ahora Rustic Kitchen suma a su sede en Valle Dorado, su nueva casa en la Colonia Condesa, enclavada en la bella calle de Alfonso Reyes, escenario de inolvidables caminatas por la cantidad de luces, personas, galerías y por supuesto, ofertas gastronómicas que adornan sus banquetas.

 

 

Rustic Kitchen cuenta con una vista que invita al transeúnte a explorar su interior. Su fachada con acabados clásicos, que de inmediato da a un espacioso e iluminado recibidor en el que confluyen el resto de las áreas del restaurante, sirve como tarjeta de presentación de un sitio que aunque de corte exclusivo, jamás deja de hacerte sentir en familia.

 

Tiene tres plantas. A las superiores se llega por unas elegantes escaleras que a su vez, te conducen a los privados en los que lo mismo se puede tratar un asunto de negocios que celebrar reuniones especiales con los amigos. Iluminación, muebles y decorado se unen para completar una experiencia que no tiene aristas.

 

 

Pero vayamos al grano, que por Rustic Kitchen no existe mejor embajador que sus platillos.

 

Su carta fue diseñada por el chef Philip Davie, quien busca inyectar originalidad y sorpresa a las viejas recetas italianas. No en vano materiales como el pan y las pastas son fabricados en el restaurante. Los ravioles de queso de cabra con esencia de naranja pueden dar cuenta de ello. Pero si lo tuyo son las pizzas, por ejemplo, estás en la catedral y cada una es cocinada en un horno de leña. Te recomendamos especialmente la de Portobello acompañada de queso de cabra, cebollas caramelizadas y mozzarella. Pero si lo tuyo es la carne, no pases por alto el panini de albóndigas de ternera, con queso provolone añejado. Tu paladar puede también viajar al océano y saborear sus exquisiteces como el pulpo a las brasas y los calamares fritos. En lo que a aves respecta, una especialidad a la que definitivamente deberías incluir en tu lista es la pechuga con huitlacoche, servida sobre salsa poblana y puré de papa. 

 

Obviamente, todo es mejor aún acompañado por una copa de vino, una botella de B-Water o alguno de los cocteles de su bien surtida barra.

 

En resumen, no importa si nunca has viajado a este país del Mediterráneo, porque sus sabores trascienden fronteras y ahora, en plena colonia Condesa, cuentas con un sitio que alberga lo mejor de su cocina, por lo que, al estilo de Humphrey Bogart en Casablanca, pero con una pequeña alteración, podrás decir: “Siempre tendremos Italia”.