Té para tres

En la mayoría de las listas de fantasías sexuales masculinas, la realización de un trío (dos mujeres y un hombre) se encuentra en los primeros lugares. Es decir que a ustedes, mis amigos, la idea de llevarse a la cama a dos chiquititas les prende el motor de inmediato.

¿Qué piensan ellas sobre el tema? A diferencia del mes pasado, cuando me asombró el número de chicas que me dijeron que sí les gustaría penetrar a sus compañeros o ya lo habían hecho, ahora descubrí que tenían más preguntas, dudas e inseguridades sobre los tríos sexuales que curiosidad, morbo o excitación.

Estrella comentó: “Antes no cedí porque tiendo a ser envidiosa o posesiva, y pensaba que ver a mi pareja besando y sabroseando a otra persona me haría sentir muchos celos, al grado de arruinar el momento. Ahora, después de pensarlo y considerarlo, sí estaría dispuesta a intentarlo aunque con reservas”. Lisa intervino: “Eso de realizar un trío no va conmigo, porque a mí no me gusta compartir el oro que batallé en conseguir”.

En el caso de Rita, un novio le dijo desde el primer día que lo suyo era lo sado y al tercero le propuso hacer un trío. “No llegué al mes con él; no soy tan liberal, aunque sé que para él eran juegos, diversión. Para mí, y creo que para muchas mujeres, el sexo está demasiado ligado a los sentimientos”. Caro narró: “Un chico me lo propuso en plan de broma, a ver si pegaba. A mí lo de los tríos no se me da porque soy súper tiquismiquis con las personas, no por ‘decencia’. En el mismo tono le contesté: ‘Órale, invita un amigo’. Entonces se ofendió, porque pensaba que seríamos yo y otra chica”.

He conocido a jóvenes que lo han hecho simplemente para experimentar y gozar, con frecuencia tras una buena farra. Una mujer casada me intrigó con su manera de realizarlo: “Lo practicamos y creo que han sido los meses más eróticos, candentes, sexosos que hayamos tenido en nuestra larga vida matrimonial. Queríamos probar pero sin penetración y así lo hicimos. Fue increíble”.

Una interrogante general voló sobre el baño de mujeres: ¿qué pasa con los celos, con la desconfianza? ¿Cómo seguir con la relación después de consumar un trío? Las respuestas más importantes se deberían dar ANTES de llevar a cabo una relación erótica que involucre a tres o más personas. De eso depende el éxito o el fracaso de la experiencia.

Es necesario entender que se trata de una fantasía, y éstas no por fuerza deben llevarse a cabo. A veces es más excitante compartir con la pareja el cómo se realizaría, dónde y con quién, que realizarlo. Si se da el paso sin hablar a detalle, puede ser que se la pasen fenomenal… o que se espante la erección y eso acabe la fiesta (o, peor para el ego masculino, ellas comiencen una party de dos). Que alguno tenga un ataque de celos que l@ lleve a aguantarse y pasársela mal o el asunto termine en pelea. Que salgan a relucir problemas de la pareja. Que se presenten dudas, culpas, rencores, reproches y hasta separaciones.

Sin embargo, no hay que maldecir a los tríos. Algunos defensores dicen que sirven para “salvar” o “refrescar” una relación. Pasa, sin duda. Pero creo que se disfrutan más cuando no hay lazos amorosos o, por el contrario, éstos gozan de tan buena salud que permiten tener una gran complicidad con la contraparte; entonces, la experimentación es un paso amoroso, lúdico, lúbrico.

No es una práctica recomendable si uno de los dos o ambos tienden a ser celosos, posesivos, individualistas, egoístas, inseguros, temerosos. No habría que realizarlo para complacer al otro. Si se hace, que sea por deseo, gusto, curiosidad, no como una manera de retener a alguien o cumplir un capricho.

Hay que decidir si será mujer u hombre el invitado. No sólo los bisexuales tienen tríos H-M-H. Puede ser que ambos hombres le den placer a la mujer sin siquiera rozarse entre ellos. Igual que las chicas. Pero se deberían poner los límites o considerar la posibilidad de que todos le entren con todos. Planificar no hará que se pierda el encanto o la espontaneidad.

Cuando lo hace una pareja formal, debe quedarle claro al o la invitad@ que se aman, que no pasan por una crisis o alguno de los dos quisiera relacionarse amorosamente con el/la tercer@ en cuestión. Si ése es el caso, mejor abran la pareja y listo (ése es tema para otra columna).

Como diría Paul Auster, “habla antes de que sea demasiado tarde, y confía luego en seguir hablando hasta que no haya más que decir”. Eso y, por supuesto, no olvidar ni los condones ni el lubricante.