Relatos salvajes | 2 x 1

Relatos salvajes, la cinta más reciente del niño genio del cine policiaco en Argentina, Damián Szifrón.
Por Iván Farías (@ivanfariasc)
Violencia cotidiana
Un hombre que alcanza a otro en la carretera y le hace pagar caro un insulto cotidiano, otro que se venga del municipio haciendo estallar una bomba, una mujer que encara a su marido infiel y otra que toma revancha de quien le destrozó la vida. Esas y otras historias conforman Relatos Salvajes, una variopinta reunión de narraciones breves que tienen en común denominador la violencia y la locura cotidiana. Damián Szifrón, su director, es el niño genio del cine policiaco en Argentina. Creador de la serie Los simuladores (vendida a varios países y con los más altos raitings de la televisión argentina) y director de un par de películas con buena taquilla en su país natal.
Su trabajo anterior, Tiempo de valientes, protagonizada por Diego Peretti fue un trancazo que mezcló a partes iguales la obsesión por la psicología que comparten los argentos con un humor ácido y mucho de cinta de espionaje. Peretti y Szifrón son lo mismo que Campanela y Darín, uno para el otro. Por lo que extraña que el director haya dejado de lado a su actor fetiche, cambiándolo, eso sí por gran parte de la caballería argentina: Ricardo Darín, Óscar Martínez, Leonardo Sbaraglia, Érica Rivas, Rita Cortese, Julieta Zylberberg y Darío Grandinetti.
Relatos Salvajes es una montaña rusa de emociones, lo mismo te hace soltar una carcajada que te estruja por la violencia de lo contado. Szifrón hace lo que tiene bien aprendido, contar un relato negro anclado en la realidad cotidiana con una vuelta de tuerca, como sucedía capítulo a capítulo en Los simuladores. Dispareja, como es toda reunión de historias, la cinta deja algo muy en claro, el ciudadano pasivo que es sobrepasado por las circunstancias no tiene cabida aquí.
En Relatos salvajes (como sucedió en Historias violentas, película mexicana escrita por Pedro F. Miret en 1985), la violencia ejercida por la sociedad es repelida con la misma fuerza creando situaciones límite. Si bien no es el “suceso” que nos han querido vender, sí es un excelente regreso al cine de Damián Szifrón, el cual se había desaparecido por poco más de siete años y regresa ahora apoyado por Almodóvar a través de su productora, El Deseo.