Por Sergio Sepúlveda
@sergesepulveda
En pleno siglo XXI, cuando la tecnología y las apps de los teléfonos celulares nos han acercado a millones de personas que no conocemos y al mismo tiempo nos alejan de la simple conversación con quien esta junto a nosotros; en un mundo donde tenemos maravillosas herramientas para informarnos de todo y nada cada minuto; en un tiempo en el que estamos poniendo a prueba nuestra autoestima y sabemos si somos divertidos, creativos, guapos, inteligentes, sexies o buenas personas por el número de likes de nues- tra cuenta de una red social; en un momento en el que nuestros ojos ven más hacia abajo que hacia el frente; en una etapa en que es más fácil que nunca encontrar fotografías de mujeres con poca o nada de ropa modelando para un público anónimo, sin más paga que el incremento de followers; en un mundo donde una manita hacia arriba o un pequeñito corazón nos dicen qué tan queridos somos los que usamos internet; en estos tiempos, la generación touch se muestra humana y pregunta: ¿Qué es el amor?
Así como lo digo, en el caduco 2015, la sexta pregunta que más hicimos los mexicanos al Dios Google fue “¿Qué es el amor?”.
El mayor número de veces que se formuló esta cuestión, obvio fue en febrero, en el mes del amor, en estas semanas donde las tiendas departamentales te dictan mil y una formas posibles para demostrar que amas a una persona al abrir tu cartera. No obstante, la pregunta duró más que San Valentín y se mantuvo a lo largo del año.
¿Y quiénes fueron los ternuritas que recurrieron al oráculo digital para encontrar una definición del amor?
Google, que es poco discreto, informó que internautas que viven en Chiapas, Guerrero y Oaxaca, en este orden, fueron los que más querían saber cómo se define el amor; pero Google que no es bueno para guardar secretos, balconeó que fueron de Tulancingo, Iguala y Tuxtla Gutiérrez los Romeos y las Julietas que más consultaron.
¿Cuáles habrán sido las respuestas que mejor despe- jaron la duda sobre lo que el amor es?
Sólo espero que no se hayan quedado con el resultado que arroja Wikipedia que opina así: “El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres…”, de hueva la respuesta. Hay que reconocerle a Wikipedia muchas cosas, como la resolución de tareas gracias al copy-paste, pero queda claro que sabe del amor lo mismo que un maestro que nunca ha ejercido su carrera universitaria, la definición de Wikipedia es como la respuesta de la monja a la que sólo le platicaron que el amor nace en el cerebro, pero nunca se enteró de que la piel lo sublima.
¿Cuál sería la mejor repuesta sobre lo que es el amor? Ninguna o todas, pero en definitiva yo les preguntaría a los poetas que saben bien describir el sabor de la excita- ción, que tienen las palabras exactas como ases bajo la manga para ganar cualquier discusión. Para mí los poetas tienen en su boca o en su pluma la voz de Dios.
Jaime Sabines, ¿qué es el amor?: “El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable”, “después de todo, pero después de todo, sólo se trata de acostarse juntos, se trata de la carne, de los cuerpos desnudos, lámpara de muerte en el mundo”, “el amor une cuerpos”, “los amorosos se ponen a cantar entre labios una canción no aprendida, y se van llorando, llorando, la hermosa vida”, “el amor es la prórroga perpetua, siempre el paso siguiente, el otro, el otro”.
Gabriela Mistral, ¿Qué es el amor?: “El amor es paciente, es bondadoso. Nunca envidia y tampoco presume, no es orgulloso. No es indecente, no es egoísta ni interesado. No se molesta fácilmente. No suele grabar todos los errores. El amor no toma placer en el mal, pero se alegra con la verdad. El amor siempre protege, siempre confía, siempre ilusiona y nunca jamás se vence. El amor nunca falla”.
Preguntar sobre qué es el amor no es vergonzoso, para nada es un pregunta tonta, no es una cuestión simple y jamás estará pasado de moda el deseo de conocer sobre el amor; el peligro es encontrar una respuesta falsa, que se quede corta; lo malo de tratar de encontrar la definición del amor sería que le preguntemos a un timorato, tímido, indeciso, encogido, peor aún sería sólo preguntar y nunca encontrar la respuesta en la práctica. Pobre de aquél que por temor a sufrir, no se lance a la aventura del amor, a uno de los peligros de estar vivo.
Estoy lejos de tener las respuestas de Google y más lejos aún de ser poeta, pero para mí el amor es como un lugar del que no te quieres ir jamás, pero siempre tiene la puerta abierta.
Difícil de creer.