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No importa el tema que sea, simplemente te crees poseedor de la verdad universal y nadie sabe lo suficiente de nada, sólo tú.
Del chantaje a la violencia verbal.
Los gays no deberían adoptar, los hombres que se quedan en casa mientras sus mujeres trabajan, son poco hombres y otras linduras más, vienen de tu santa boca.
Te avientas por paracaídas, te peleas a la primera de cambios, manejas como energúmeno… pero tienes un hijo y no te dignas a dar un peso para su manutención.
“Es que esa chava es muy feminista”, es una manera de insultar recurrente en ti. O peor: crees entender mejor el feminismo que las mujeres y criticas cuando una decide seguir un camino tradicional.
“Es que son bien buenos tipos goeei, y los míos son súper respetuosos”
Te encanta burlarte de la gente en línea, pero eres incapaz de pedir un aumento.
Y excluye a mujeres adultas, personas de la tercera edad, jóvenes, hombres y bueno, muchas más.
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