Entrevista exclusiva | Andrés Guardado

Futbol Total charló con Andrés Guardado. Gracias a la tecnología -vía Skype-, platicamos virtualmente con el jugador del PSV Eindhoven. Y nos encontramos con un futbolista relajado, muy contento y, como de costumbre, inteligente y sincero en cada respuesta.

Andrés, ¿a qué jugador admirabas en tu infancia?

– Admiraba a mi hermano Alejandro que jugaba futbol y yo pensaba que era buenísimo. Él era mi ídolo. Ya un poco más grande, empecé a admirar a Rafa Márquez, quien siempre me ha inspirado gran respeto. Después he tenido la fortuna de pasar muchos años en la Selección con él. Desde que debutó en Atlas y yo lo iba a ver al estadio, me siento muy identificado con él porque se fue joven a jugar a Europa, salió de la misma cantera que yo, ha triunfado allá y siempre ha sido un gran ejemplo para mí.

Estás en uno de los mejores momentos de tu carrera, ¿cómo te sientes con todo lo que estás viviendo en el PSV y con la Selección Mexicana?

– Estoy muy contento. Yo creo que cuando uno sueña o piensa en lo que quisiera tener en su carrera lo consigue, y eso es justo lo que estoy viviendo desde el año pasado. Estar en un equipo donde se te respeta, se te quiere, donde la gente valora tu trabajo y a la vez consigues títulos, como me pasó con el PSV, y con la Selección Mexicana, en Copa Oro, me hacen que no pueda pedir más. Estoy en un momento dulce de mi carrera y lo estoy disfrutando mucho, sobre todo porque la situación que viví hace dos años en Bayer Leverkusen fue todo lo contrario. Sé que el futbol da muchas vueltas, así que se tiene que disfrutar cuando se puede.

Andrés Guardado, ¿te imaginabas tanto cariño por parte de la afición del PSV?

– No, no me imaginaba para nada el cariño que me han demostrado en Eindhoven. No han parado de tener detalles conmigo, todo el año pasado estuvo lleno de sorpresas hacia mí: cánticos, detalles en mi casa, el mosaico en el estadio. Mis vecinos me llevaban serenata a mi casa cuando nació Máximo, mi hijo, me llevaron regalos para él; hicieron una cerveza con mi nombre; el pasillo empezando el torneo. No han parado de sorprenderme. Me hicieron un mural dentro del estadio al lado de figuras como Romario, Ruud van Nistelrooy y otras grandes leyendas del equipo, eso es algo muy fuerte que jamás hubiera esperado y estoy muy agradecido con toda la afición.

¿Qué pasaba por tu cabeza cuando te hicieron ese mosaico en el partido contra el Groningen?

– Fue una sorpresa que no esperaba. Nadie me había dicho nada de lo que tenían preparado. Justo estábamos en el proceso de negociación para ver si me quedaba o no en el club y fue un detalle increíble para mí. Entré al estadio como en cada juego. Del lado derecho estaba la barra que siempre nos apoya, ellos empezaron a cantar mi nombre cuando iba entrando a la cancha y se me hizo muy raro, nunca antes había pasado. Cuando volteé vi que estaban haciendo el mosaico y ni siquiera supe qué hacer. Ahora veo las imágenes y pienso que debí haber hecho otra cosa, tal vez tenía que haber agradecido de alguna otra manera… Me puse nervioso pero, definitivamente, es algo que voy a recordar toda mi vida.

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Pocas personas conocen lo difícil que es para los futbolistas el proceso de adaptación cuando llegan a un país nuevo, ¿cómo fue para ti llegar a Alemania en su momento? ¿Cómo ha sido tu adaptación ahora que estás viviendo en Holanda?

– En Alemania me costó mucho más trabajo porque cuando deportivamente no tienes los minutos ni la confianza, todo se vuelve mucho más complicado. Por el idioma es difícil ir a comprar leche, verduras -tu comida en general- y si a eso le sumas que profesionalmente que es a lo que vas, que es a jugar o a trabajar, no lo disfrutas, esas dificultades se agrandan mucho más. En Alemania me costó muchísimo trabajo por esa razón, yo no me sentía contento.

En Holanda fue todo lo contrario, desde el principio tuve la confianza del entrenador y de toda la gente, eso me ayudó muchísimo a poder adaptarme mejor. Estar contento dentro de la cancha y deportivamente hablando me ayudó a ver todo con otra cara mucho más positiva en cuanto a las dificultades de la vida diaria. Afortunadamente llegué a una institución muy profesional y cuando lo hice pusieron a muchas personas a disposición mía para lo que yo necesitara, eso también fue de gran ayuda para que todo fuera mucho más fácil.

¿Cómo has manejado el tema del idioma en Holanda?

– He mejorado mucho mi inglés y, aunque no lo hablo perfecto, ahora puedo mantener una conversación y ser mucho más fluido. Además, afortunadamente, me he encontrado con una cultura en la que todo el mundo habla inglés, en el súper o donde sea la gente que te atiende lo habla y si tú dices que no sabes holandés, la gente te ayuda muchísimo.

¿Extrañas México? ¿Te falta algo?

– No, la verdad no. Llevo muchos años fuera y ya me acostumbré a no extrañar, ni siquiera me doy tiempo de pensar en eso. Si acaso, yo creo que lo que más me haría falta de México es la comida, a veces pienso en los tacos de la esquina o en las tortas ahogadas de Guadalajara (risas), tal vez eso es lo que más extraño.

¿Qué tan importante ha sido para ti el hecho de salirte de tu zona de confort para llegar adonde estás ahora?

– Yo creo que para poder crecer, lo más importante es salirse constantemente de la zona de confort. Para mí ha sido fundamental el hecho de no haberme acomodado en ninguna parte. Solamente en el Depor, que fue donde cumplí un contrato largo de cinco años y donde estuve más tiempo, me acomodé pero en todos estos años siempre he buscado la opción de salir para dar un salto hacia delante. A lo mejor no se daban las cosas y esto se dio hasta el final, pero desde que empecé mi carrera esa ha sido mi mentalidad.

Desde el Atlas debuté con la idea de poder hacer bien las cosas para llegar a la Selección Mexicana y jugar en Europa, para irme a otro equipo y cumplir mis sueños en este continente. Estoy muy orgulloso de lo poco o lo mucho que he conseguido porque mis decisiones las he tomado guiado solamente por el instinto deportivo y no por otras cosas, siempre he buscado mi beneficio deportivo y no el económico o de otras cosas.

Después vas creciendo y empiezas a tomar decisiones no solo deportivas sino pensando en tu familia y tu estabilidad, pero hasta ahora siempre lo he manejado así. La decisión que tomé de irme a Alemania y que no saliera bien me ha hecho valorar mucho más lo que tengo y poder disfrutar cada uno de estos momentos.

Fuiste criticado cuando saliste del Valencia al Bayer Leverkusen y cuando la Selección Mexicana pasaba por un mal momento, ¿tus logros con el PSV y con México han sido una revancha?

– A lo mejor se podría prestar para esa idea, pero realmente nunca he hecho las cosas con la intención de silenciar las críticas o como parte de mi motivación. Claro que ayuda el hecho de que te hagan buenos comentarios después de una mala racha, pero el futbol da muchas vueltas y sé que podría volver a caer en algún bache porque es normal, es humano, es parte de este deporte y no pasa nada. Pero mi motivación va por otro lado.

Después de haber disputado más de 100 partidos con la Selección Mexicana, finalmente se te otorgó el gafete de capitán. ¿Te hacía falta un reconocimiento como ese?

– La verdad, sí siento que ha cambiado, pero nunca pensé que fuera para tanto el hecho de ser el capitán del equipo. Siempre uno sueña con serlo y quería que llegara mi momento, pero después de que ya tienes el gafete te das cuenta de la responsabilidad tan grande que tienes. Te vuelves el portavoz del equipo, el motivador, el ejemplo y muchas otras cosas dentro y fuera de la cancha, y sí me he sentido diferente con compañeros, con la prensa y con gente del exterior. La gente te ve con otros ojos y ahí empiezas a ganarte un respeto mayor y eso es algo muy lindo. Volteo para atrás y llevo casi 10 años con la Selección Mexicana, casi 120 partidos jugados con el equipo y me siento muy orgulloso de eso.

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Otros equipos de CONCACAF han crecido futbolísticamente, ¿crees que México se ha estancado o rezagado?

– No siento que México se haya quedado rezagado, pero a lo mejor sí nos hemos quedado estancados en la mentalidad de ese Gigante de CONCACAF, diciendo que estamos en una zona fácil y que tenemos que ganar con sencillez, pero la realidad es que hay todo tipo de rivales en CONCACAF. Las distancias se han acortado pero no solamente en nuestra zona, creo que es algo que ha pasado en todo el mundo. Ahora países como Holanda, Argentina, Brasil, Alemania y otras potencias mundiales también enfrentan a México y saben que los vamos a complicar porque para ellos tampoco es lo que era antes.

Nosotros en CONCACAF éramos gigantes, pero ahora cambiamos los papeles cuando enfrentamos a los gigantes de verdad. Ellos saben que enfrentar a una selección como la mexicana o a países como Costa Rica, Honduras, Bolivia y Perú o el mismo Jamaica -que le complicó las cosas a sus tres rivales en la Copa América- ya no es lo mismo que antes. Es una realidad que los demás equipos han crecido y justamente por eso nuestro equipo tiene que continuar buscando una evolución constante.

Vayamos a la semifinal de la pasada Copa Oro, contra Panamá. ¿Hubo algún debate interno a la hora de tirar los penales controvertidos?

– Hubo un pequeño debate interno. Pero fue más guiado por la reacción de los panameños, no tanto porque yo pensara que no era penal. Por toda la protesta que se armó te entra la duda de si realmente era o no. Yo no pude ver claramente lo que pasó y entré en debate interno por la reacción que tuvieron ellos. Como lo dije después del partido, el futbol es así con todos los equipos. ¿Cuántas veces no hay errores arbitrales? No solamente penales, también los hay en faltas que no eran y los cobran con tiro libre en contra, entonces mandan un centro y te terminan anotando un gol de último minuto. Es futbol y lamentablemente la gente metió cosas mucho más fuertes por el tema del penal.

Me juzgaron como si yo hubiera tenido que ser el salvador de México. Hubo muchos comentarios que yo leía en redes sociales; un señor, por ejemplo, me escribió que yo era un ejemplo para su hijo y ¡vaya ejemplo que le estaba dando! Que ojalá le pusiera el video a Máximo, mi hijo, cuando crezca para que vea el tipo de papá que tiene. Cosas que nada tienen que ver con la educación de mi hijo o del suyo. Yo no voy a educar a los hijos de los demás, lógicamente.

Creo que la situación llegó a extremos que dan hasta risa, pero sinceramente dentro de la cancha tú no tienes la repetición que toda la gente ve por televisión. Yo pensaba, ¿qué pasaría si lo llego a fallar y después veo la repetición y resulta que sí era penal? Mi equipo me hubiera matado, la gente también. Mientras tanto, si eran peras o manzanas, yo tenía que hacer mi trabajo y definir como lo hice para cobrar ese penal, cada quien me juzgó como quiso, pero es futbol y es así como yo lo veo. Es un deporte pero, a veces, está sobrevalorado en muchas situaciones de la vida y se da mayor importancia a muchas cosas. Bueno, todo forma parte de…

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Última para Andrés Guardado, ¿cuándo volverá a ser campeón tu querido Atlas?

– Pues esperemos que cuando yo regrese (risas). Ya en serio, ojalá que sea antes, por ejemplo, este año. Uno de mis sueños guajiros es poder regresar a retirarme y ser campeón con el Atlas. Yo creo que al día siguiente me podría morir en paz si lo logro.

Entrevista realizada por Patty López de la Cerda