Futbolistas con apodos de dios
En ocasiones considerado ritual, el balompié ha catapultado varios futbolistas al grado de deidades
Futbol Total recuerda a un exclusivo catálogo de futbolistas que por sus destrezas e importancia tanto dentro como fuera del templo de juego, fueron llevados a un escalón alcanzado por pocos, tratados como deidades.
Roberto Baggio | En una Italia carente de ídolos surgió su figura por los lejanos años 80’s. Su delgado físico era perfecto para potenciar sus habilidades: cambio de velocidad alucinante, gambetas prodigiosas y gran sangre fría para definir. Fue eso lo que lo catapultó al estrellato y lo convirtió en Il Divino, tal y como cuenta Vittorio Oreggia, en una frase que revela todo lo que el maravilloso atacante provocaba fuera del campo.
“Hay dos frases a tener en cuenta cuando se intenta comprender a Baggio. Una: Baggio no debe ser entendido, debe ser amado. Dos: Baggio es poesía, y uno no intenta entender la poesía, sino que trata de apreciarla”.
Garrincha | Un futbolista determinante, su importancia es tal, que Pelé no vacila cuando refiere que sin el habilidoso Manoel Francisco Dos Santos jamás hubiera conseguido tres Copas del Mundo. Garrincha era un jugador fenomenal. Sin él a mi lado, no habría llegado a conquistar tres Mundiales a lo largo de mi carrera”
La vida del crack brasileño fue mucho más que difícil. Se sobrepuso a la poliomelitis de niño para maravillar a todo un pueblo y, sin exagerar, al mundo entero. Aquella enfermedad hizo estragos en su físico. Los doctores decían que debía olvidarse del futbol, pero él desistió, pese a contar con una pierna seis centímetros más corta que la otra. Sus gambetas eran hilarantes y las practicaba sin importar el lugar. Conocido como el Divino Cascorvo, por su estela de deidad y piernas chuecas, su trayectoria será inolvidable, tanto como su gusto por el tabaco y el alcohol, adicciones que acortaron su vida.
Diego Maradona | 22 de junio de 1986, la fecha en que Maradona dejó de ser un futbolista único para convertirse en un D10S, al menos para toda una nación, Argentina. El petiso futbolista guió a la Albiceleste a un triunfo único ante Inglaterra, con dos goles sacados de una historia de fantasía. El primero, con una trampa, que más tarde nombró como la Mano de Dios. El segundo y quizás, uno de los goles más bellos de la historia, lo firmó después de dejar hasta cinco ingleses por el camino, el famoso “Barrilete Cósmico” de la épica narración de Víctor Hugo Morales.
Su leyenda en Italia es imborrable, al menos en el sur y específicamente en Nápoles. Con los celestes conquistó dos Scudettos, únicos en la historia del club y maravilló con un catálogo de recortes, pisadas, escapes y goles, goles muy bellos que solía compaginar con asistencias inexplicables.
Mathew Le Tissier | Le God era un tipo de jugador extraordinario. Con espectacular técnica, desequilibrante zancada y gran olfato de gol, habilidades que le convirtieron en uno de los jugadores de referencia en la recién nacida Premier League allá por el año 1992.
Su amor a unos colores le ‘impidió’ jugar en uno de los grandes de Europa. Su corazón pudo más que el bolsillo. Con sólo 18 años, el centrocampista inglés debutó con el Southampton: desde ese momento se convertiría en uno de los jugadores más importantes de ‘los santos’ hasta pasar a convertirse en una verdadera leyenda.
“Jugar en los mejores clubes es un bonito reto, pero hay un reto mucho más difícil: jugar contra ellos y ganarles. Yo me dedico a eso”, afirmaba Le Tissier. El One Club Man pudo disfrutar de 541 partidos de su gran estrella, en los que llegó a firmar un total de 262 goles.