Cruz Azul, una arrolladora máquina

Cruz Azul salió como una verdadera máquina. Su mejoría se hizo patente a lo largo de las últimas jornadas pero este sábado desató todas esas buenas sensaciones borrando ni más ni menos que al poderoso Monterrey, líder y con una sola derrota en el torneo. Claro, todo eso, antes de enfrentarse al aluvión celeste.

Una verdadera tormenta fue lo que enfrentó Monterrey en el Azul. El local salió empecinado en conseguir el gol desde un arranque. La presión era asfixiante y los futbolistas ofensivos de Rayados no aparecían: su presencia fue testimonial, en especial la de Cardona y Funes Mori.

Pronto Cruz Azul ratificó su hegemonía en el campo a pelota parada y en una serie de rebotes. Se dice que dos cabezazos en el área siempre acaban en gol, Esta vez se cumplió la máxima. Cata Domínguez cedió para Mendoza que marcó su primer gol en el Máximo Circuito con un cabezazo espectacular que se internó en una esquina. Golazo espectacular del joven de 27 años.

La presión incesante de Cruz Azul rindió frutos pronto. Para sorpresa de la afición, Benítez mandó a las redes su primera pelota en una fenomenal jugada colectiva. El español Víctor Vázquez cedió para el Conejo que esta vez no se achicó y mandó a las redes en disparo cruzado.

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Todo era fiesta para Cruz Azul. Pronto llegó la oportunidad del tercero vía penal. Guerrón quería inscribir su nombre en la fiesta de goleadores. Su ambición fue su mayor problema. El ecuatoriano anunció su disparo y Orozco tapó de manera magistral el cobro a su lado izquierdo. No hubo reproches para Guerrón, eso en gran medida porque instantes después La Máquina puso el tercero en el tanteador. De manera eléctrica, en una combinación especial de Rojas con Benítez. El 11 puso el balón para el pique del delantero que se quitó de manera fácil a Jona y definió con el marco vacío. doblete y sexto gol del torneo.

Mohamed intentó modificar y contra todo pronóstico sacó a Funes Mori. Desde ese momento dio por perdido el partido. Cruz Azul siguió con su dominio pero no logró hacerlo válido en el marcador. Hasta que salió su ídolo, el gran Chaco Giménez. De manera inaudita repitió la hazaña de su partido de la otra semana ante América. Primer toque y de nuevo gol. Y no fue un tanto normal, fue uno espectacular. De nuevo Joao Rojas, con todo el tiempo del mundo, cedió perfecto para la aparición de Chaco que con una palomita espectacular venció la resistencia de Rayados y marcó el cuarto. El estadio se volvió loco y cómo no, el Azul fue una verdadera máquina.

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