Cuando el futbol sirve de terapia

El futbol puede ser un modus vivendi para unos. Para otros, una opción de entretenimiento. Pero también hay casos en los que el balompié ha servido como terapia para ayudar a pacientes con Alzheimer, para la reinserción social de presos y hasta para sanar heridas emocionales.

El ejemplo del primer caso se ha presentado en la Diputación Foral de Vizcaya, en el País Vasco, comunidad autónoma de España, que ha dispuesto una serie de talleres para gente mayor, en los que exfutbolistas del Athletic Club se acercan a las personas con problemas cognitivos para evocar en ellos recuerdos sobre el futbol y el equipo rojiblanco, esto con el fin de combatir el Alzheimer y otros tipos de demencia.

En las sesiones -encabezadas por los ex futbolistas del club Ángel Sertucha, Fidel Uriarte, Juan María Zorriketa y Andoni Ayarza- se desarrolla la capacidad sensorial y auditiva de los participantes a través de objetos, música, vídeos y fotografías en torno al Athletic Club.

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Un ejemplo del segundo caso (reinserción social) se presentó en Costa Rica, en donde se efectuó un torneo entre 16 equipos en el que participaron alrededor de 320 reos de las penitenciarías de ese país, y que fue ganado por el Deportivo Borussia al vencer en penales al Deportivo Crispy, tras un 0-0 en tiempo regular.

“Es una terapia que tenemos con estas actividades. Me gusta el futbol. Agradezco a Dios y a las autoridades la oportunidad que nos dan, luego de haber cometido un error que me tiene preso”, declaró Yadir Briones, integrante del equipo campeón, quien paga una condena de 16 años por homicidio.

En el tercer caso (cura de heridas emocionales), está el ejemplo de la delantera mexicana Kristen Avila, estrella del equipo californiano Wildcats de Brea Olinda High School y posible integrante de la Selección Mexicana femenil para el Mundial Sub-20 de Papúa Nueva Guinea, a disputarse a finales de 2016 .

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Ella reconoce que el futbol le ha ayudado a superar momentos difíciles de su vida: “Cuando tenía 11 años se murió mi mama, luego de padecer lupus y cáncer. Yo no quería hacer nada, ni ir a la escuela, pero luego empecé a jugar futbol y eso me ayudó a superar ese trago amargo”, cuenta.