Las dos caras de Cristiano…

Portugal puede presumir de tener a Cristiano Ronaldo como estandarte del gol en la Eurocopa 2016, pero esta noche en la contienda por el pase a semifinales, el luso adoleció del gol en 120 minutos y postergó la clasificación de los suyos de manera inverosímil: errando un par de jugadas claras de gol en el tiempo reglamentario.

Hoy no le alcanzó a Ronaldo para ser Cristiano y cazar el récord de máximo goleador histórico de la Eurocopa que aun ostenta Michel Plantini. Sufrió como pocas veces. Aun con el eco del pitazo inicial hizo su primer rabieta. Desde el medio campo miró como los suyos perdieron el balón y a Robert Lewandowski, que no había marcado gol en toda la justa, firmar un gol esperanzador para Polonia, el segundo más rápido en la historia de una Eurocopa.

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Ronaldo intentó igualar el marcador con un tiro de media distancia, pero no lo consiguió. Tampoco fue desequilibrante. Siempre se topó con un muro de piernas polacas cada vez que quería llegar al área o torpedear a Fabianksi. Su peor desquicio fue en el primer tiempo. Y por partida doble. Primero cuando Pazdan lo empujó arteramente por la espalda y el árbitro Felix Brych no le pitó un penal claro, y después al abanicar el esférico en solitario tras recibir un pase filtrado de primer nivel en el corazón del área.

La angustia alteró el pulso de Cristiano. Y no pudo ser de otra forma después de que se comió otro gol, el que pudo ser de la victoria: Joao Moutinho le puso en las botas medio gol en el minuto 86 y erró una vez más delante de Fabianski. El luso era un manojo de nervios. Y lo fue más en el tiempo extra , donde sumó otro error: un mal control en el área tras un contragolpe en el que estuvo lento. 

Pero todo cambió cuando llegó en el momento más importante de la noche. Después de errar sin reparo enmendó el camino, como lo hizo ante Hungría, con un gol decisivo. En la tanda de penaltis, Ronaldo asumió la responsabilidad del primer tiro y, con nervios de acero, encaró a la grada polaca y marcó el primer tiro con un zapatazo al costado izquierdo que no pudo adivinar el arquero Fabianski.

Ese fue el preámbulo de una seguidilla de goles que han encumbrado a Portugal a disputar su quinta semifinal en una Eurocopa. Cristiano se resiste a dejar de escribir una gran historia con Portugal. Y la suerte, que le ha permitidos a los suyos avanzar sin lograr ganar un partido en tiempo reglamentario, le acompaña.