Así vivieron el Mundial de Clubes, Castro y América

“Fuimos a Japón con la ilusión de lograr algo padre en aquel Mundial de Clubes, pese a que algunos jugadores iban con sobrecarga de trabajo: era diciembre, la liga había terminado y algunos estaban cansados mental y físicamente, pero en América teníamos un buen grupo con figuras como el Piojo López, Cuauhtémoc Blanco y Salvador Cabañas.

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En Japón encontré  una cultura muy distinta a la nuestra. Los japoneses son muy educados porque tienen mucho tránsito de vehículos, pero ellos son mucho más pacientes que nosotros. Me impresionó que construyen hacia arriba porque a los lados ya no tienen espacio. Sus edificios son enormes y las tiendas ocupan poco espacio a los lados, pero mucho hacia arriba.

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En cuanto al torneo, en nuestro primer juego ante el Jeonbuk Hyundai de Corea del Sur, nos enfrentamos a un equipo veloz, que metía la pierna, pero les ganamos 1-0. Desde que llegamos a Japón, nuestra idea era ganar el tercer lugar, conscientes en que después de ganar el primer juego, enfrentaríamos al Barcelona. Sabíamos que sería un  partido difícil, aunque lo enfrentamos con la intención de ganarlo.

En ese Barça estaban Ronaldinho, Andrés Iniesta, Xavi Hernández. A mí me tocó marcar a Ronaldinho en alguna que otra jugada porque él jugaba del lado izquierdo de ellos y se desplazaba hacia el centro. Ya no era el Ronaldinho que driblaba a todo mundo, pero recibía y cubría la pelota muy bien, era muy difícil quitársela. Era muy inteligente porque cuando le estabas por llegar, en ocasiones tocaba de primera.

Nos ganaron 4-0, y luego tuvimos la oportunidad de jugar por el tercer lugar ante el equipo egipcio Al-Ahly, que nos sorprendió porque jugaban muy bien la pelota, con mucha idea, con una línea de tres en el fondo. Tenían un elemento muy bueno: Mohamed Aboutrika, quien nos metió los dos goles en la derrota por 2-1.

No pudimos ganar ese partido porque no estuvimos lo atentos que debimos estar, quizás debimos estudiar al rival antes de enfrentarlo porque no sabíamos nada de ellos.

Terminamos tristes y decepcionados porque dábamos por un hecho que el tercer lugar era nuestro, pero eso nos sirvió como experiencia y para renovarnos, porque para el siguiente torneo en México llegamos hasta la final. Nos dimos cuenta  que teníamos que correr más y meter más la pierna, trabajar más los partidos.