El desafío de Reyes, Ochoa, Jona y Vela
El póquer de mexicanos tiene un complicado panorama en la Liga 2015-16
La Liga 2015-16 arranca sin gran presencia azteca, sin nombres como el Giovani dos Santos, Javier Aquino, Raul Jiménez, Héctor Moreno y, por supuesto Javier Chicharito Hernández. No habrá mexicanos en el titánico Real Madrid y el subersivo Atlético, aun así el campeonato que arranca este viernes promete, y mucho, para los cuatro mexicanos que restan: Carlos Vela, Diego Reyes, Guillermo Ochoa y Jonathan dos Santos.
En la historia del futbol ibérico, el curso pasado tuvo la mayor presencia de futbolistas tricolores. Fueron ocho los que ilusionaron; muy pocos cumplieron. Ahora se vivirá un ciclo con similitudes al de 2007, en el que por primera vez hubo un póquer de mexicanos en España, cuyo líder era Rafael Márquez, quien tenía tres años en las filas del Barcelona, y era escoltado por Giovani dos Santos, un juvenil entrón que se había ganado su ascenso al primer equipo de Josep Guardiola, así como Andrés Guardado y Carlos Vela, dos promesas de exportación tras llegar al Deportivo la Coruña y Osasuna.
Lejos de aquel capítulo, el nuevo periplo no tendrá nuevos protagonistas. Al igual que en 2010, 2011 y 2012; el desembarco de tricolores quedó en el limbo y el panorama pinta cuesta arriba para la mermada legión azteca.
Todos van en el barco de equipos modestos, incluso Carlos Vela y Diego Reyes, que militan en la Real Sociedad, el único de los cuatro clubes en turno que puede presumir haber ganado la liga… un bicampeonato hace 35 años. Ante el gobierno del Real Madrid, Barcelona y del Atlético de Madrid, un tercero en discordia que se ha reforzado hasta los dientes, a los mexicanos solo les queda sublevarse, contender por recobrar protagonismo y apuntalar a sus equipos a puestos europeos.
Un ciclo para trascender…
Carlos Vela tendrá que dar un salto colosal. Desde hace cuatro cursos se ha erigido como el líder anotador de la Real Sociedad, pero algo le hace falta. Y no es precisamente el Pichichi, que parece tener dueño con antelación ante la presencia de Cristiano, Messi, su excompañero Griezmann, Neymar, Luis Suárez y el nuevo invitado Jackson Martínez, sino un propulsor que lo catapulte a un equipo de mayor lustre, aun y cuando este ligado al club hasta 2018. Tiene 26 años y es la edad ideal para que pueda ir a un grande. Su salida en gran medida dependerá de que supere las lesiones que le han aquejado, se olvide de la intermitencia que tuvo la temporada anterior y sea el almirante que ancle a la Real Sociedad de manera directa en Champions League, como no sucede desde 2003.
Las realidad no dista mucho para Diego Reyes, desembarcado a préstamo en la Real Sociedad tras un año en el que no pudo tener un rendimiento sobresaliente en el Porto. El objetivo del zaguero es demostrar que tiene condiciones para ser un central de envergadura. Le tocará pelear duro con Raúl Navas, quien regresa tras ir cedido al Eibar, y Mikel González. Si se curte lo suficiente, Moyes lo convertirá en un fijo al lado de Iñigo Martínez. Su prueba de fuego será, si el escocés se lo permite, tratar de frenar a los pesos pesados Atlético (18 de octubre), Barcelona (29 de noviembre) y Real Madrid (30 de diciembre).
En el Madrigal la travesía será distinta para Jonathan dos Santos. Ya no estará su hermano Gio -ahora en el Galaxy- y tendrá que apelar a esos días en los que se desgastó en Barcelona para tratar de ser un imprescindible. En el Submarino Amarillo tiene la referencia de una primer temporada en la que de a poco fue mostrando la clase de centrocampista que es: volante de recuperación por naturaleza pero camaleónico cuando Marcelino Toral lo coloca por el costado derecho. Necesita trascender como sea y afianzar ese puesto de titular que puede redituarle de manera anticipada la consolidación. Le juega a favor que comparte el centro del campo con Manu Trigueros y Bruno Soriano dos tipos que con los que tiene capacidad de asociación; en contra, la presencia de Tomas Pina y Javier Espinosa, dos medios deseosos de repuntar y afianzar el puesto.
A Guillermo Ochoa le espera un suplicio en el Málaga, donde lo consideran un jugador del futuro. Ya tiene una temporada en el equipo pero tendrá que comenzar de cero. La titularidad es algo que divisa como una quimera ante la presencia de Carlos Kameni, pese a que ya le demostró al técnico Javi Gracia que cuando le dan minutos puede ser hombre clave del partido. De entrada tiene pendiente ganar la oportunidad de debutar en liga, aunque se sabe que ello es a “Gracia” del timonel. Si no lo hace le tocará esperar una vez más hasta diciembre, cuando el Málaga inicia participación en Copa del Rey. De no salir antes del mercado de verano -cierra el 31 de agosto- y tampoco en el de invierno, entonces Ochoa habrá de terminar la temporada con un logró máximo: ser jugador comunitario. Puede que entonces algún otro club del balompié local este dispuesto a ficharlo.
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