Matthias Sindelar el futbolista que se burló de Hitler
El Mozart del futbol, fue el máximo enemigo deportivo del nazismo
Este 10 de febrero, se cumplen 113 años del natalicio de Matthias Sindelar, futbolista de origen austriaco quien es conocido por muchos, como el primer crack que pisó las canchas en la historia del balompié profesional; no sólo por ser la primera figura que impregnó su talento en el rectángulo verde y recibió admiración y respeto por ello, sino por ser el pionero en alzar la voz en favor de los derechos tanto de los deportistas como de la humanidad.
“El futbol no es una cuestión de vida o muerte: es mucho más que eso”, dijo en alguna ocasión Matthias Sindelar, para explicar la escencia del balompié y contextualizar su lucha. La historia del austriaco es la siguiente:
Austria era una potencia en el futbol europeo, pues bajo el mando del estratega, Hugo Meisl, la selección hiló 14 partidos sin derrota (de abril de 1931 a diciembre de 1932), fue semifinalista de la Copa del Mundo en Italia 1934 y en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 obtuvieron la medalla de plata. A este equipo de élite se le llamó el Wunderteam.
Pero de entre esa máquina deportiva sobresalía un jugador, un delantero adelantado a su época: Matthias Sindelar, atacante de 175 centímetros de estatura y apodado el Hombre de Papel por su extraordinaria habilidad para recortar defensas.
Surgido en las inferiores del Hertha Viena, el Mózart del Futbol llamó la atención del Austria Viena, equipo en el que levantó cinco Copas de Austria y una Liga. Además de ser el capitán que impulsó al Wunderteam al cuarto lugar del Mundial de 1934.
Todo comenzó a oscurecerse para la nación austriaca el 12 de Marzo de 1938. La Alemania Nazi de Adolf Hitler, bajo la ideología del Tercer Reich o III Imperio Alemán, comenzó su expansión por Europa con la obsesión de ser la nación que dominara al mundo. Con el proceso conocido como Anschluss, Alemania oficialmente anexa a Austria a su territorio. Aquel día, el país de Matthias Sindelar dejó de existir y se convirtió en la Ostmark (Marca del Este). Todos los judíos austriacos u opositores al partido político Nazi, fueron detenidos, encarcelados y exterminados.
Adolf Hitler, presidente y canciller de Alemania, visualizó el balompié como la propaganda perfecta para la sociedad austriaca, o mejor dicho, para los habitantes del Ostmark, así que decidió unificar también las selecciones de futbol. Los mejores jugadores del Wunderteam pasarían a jugar con Alemania, que entonces no estaba ni cerca a ser una potencia.
3 de abril de 1938. Alemania y Austria se enfrentaron en el que fue el último partido de la Austria independiente. La orden de Hitler fue clara: el Wunderteam se dejaría vencer por los germanos.
Matthias Sindelar se lució aquel día. Con su inigualable estilo, burló a más de un teutón y anotó, para después, parado frente al palco alemán, festejarle el gol en la cara a Hitler, diciéndole, sin palabras, que él era austriaco y no alemán. El partido culminó 2-0 y Matthias fue declarado enemigo de la nación.
A partir de ese momento, a la mínima intención de convocarlo a jugar por Alemania, él fingía cualquier tipo de lesión, todo con tal de no portar los colores del enemigo, todo con tal de no izar el brazo derecho y decir: “Heil Hitler (Viva Hitler)”.
23 de enero de 1939. Nueve meses después de aquel 2-0 y perseguido por la Gestapo (Policía Secreta de la Alemania Nazi), Matthias Sindelar fue hallado muerto junto a su novia en Viena. La causa revelada por el gobierno alemán fue intoxicación por inhalar monoxido de carbono procedente de la calefacción de su cuarto.
Matthias Sindelar logró lo que pocos: se reveló del hombre que se creía dueño del mundo, se burló de él y todo por el amor que sentía por Austria y el futbol.