¡Monterrey, JEFE DE JEFES!

Monterrey finiquitó su partido contra Querétaro con mucho sufrimiento, más del que presupuestaba su inicio eléctrico ante una afición inmejorable, que no le importó el diluvio que cayó en el Estadio BBVA Bancomer y al final tuvo su recompensa: liderato y unos Rayados históricos.

La lluvia no apagó lo encendido que arrancó Monterrey, con llegadas por derecha, izquierda y por cualquier resquicio que se asomara para causar daño. Los dirigidos por Mohamed se mostraron como una fuerza imparable los primeros minutos pero perdieron la puntería y Volpi ayudó para mantener el cero. En ese aluvión de oportunidades Pabón falló una increíble. Pero Rayados tiene un arsenal enorme para encontrar la llave del gol: el tiro de larga distancia es una de sus virtudes supremas. El refuerzo estelar del equipo hizo presencia con un soberbio misil que clavó en el ángulo. Minutos más tarde, Ayovi llegó a línea de fondo y cedió para Funes Mori, que tocó a las redes. La goleada parecía cantada pero por eso el futbol es tan hermoso, siempre resulta impredecible.

Los cambios de Vucetich surtieron efecto. Mermaron las amenazas de Monterrey y le proporcionaron opciones de gol en el arco de Jonatahn Orozco. En cuestión de minutos todo mutó ante el torrencial diluvio. Candelo aprovechó y acortó distancia y luego Sepúlveda silenció a la afición. Todo se transformó en pesadilla, sobre todo, después de que Cardona se fue expulsado por una absurda reclamación.

Pero del otro lado también hay un estratega de polendas. Si Vucetich es el Rey Midas, Mohamed sueña con alcanzar su tercer título de Liga y esta es la oportunidad ideal. Con un cambio le regresó la sonrisa al estadio. Cardozo entró, situación que advertía sobre un ofensivo Rayados. Al final, el argentino cerró por el segundo poste y empujó a las redes un disparo desviado de Pabón. Monterrey ganó con uno menos. Consiguió su victoria número 12 para alcanzar los 36 puntos y una marca de unidades histórica que pretende mejorar, además, es el líder inamovible y una fuerza demoledora.