7 futbolistas que fueron recibidos como traidores

En la actualidad, sobre todo en el futbol, es complicado decir que no a una oferta seductora en billetes. Eso sin importar si el club que tienta es el acérrimo rival de la entidad a la que se representa. Infinidad de futbolistas han rebasado ese límite y en varias de esas situaciones, los fanáticos excedieron en sus maneras de plasmar su frustración, anteponiendo la violencia para olvidar al que algún día fue el ídolo más querido.

El regreso de Mathieu Valbuena a Marsella es el fiel reflejo de que como las emociones en el futbol mutan de una manera más que inesperada y da pie para recordar a 7 futbolistas que fueron recibidos como traidores.

1° Luis Figo | El caso más sonado en todo el orbe. Su fichaje con el Real Madrid le valió toda clase de calificativos de parte de los aficionados del Barcelona, esos que lo tenían encumbrado como el gran refrente de la institución. Los billetes pudieron más y Figo regresó al Camp Nou con la elástica merengue. Esa fecha será inolvidable para el portugués: perdió, fue humillado y recibió móviles y cabezas de cerdo desde la tribuna. Años más tarde Figo relató: “Nadie sabe cómo es jugar con 100.000 personas en tu contra”, luego de que la atmósfera lo abrumó.

2° Steven Defour | El seleccionado belga era una institución con el Standard de Lieja. Cinco temporadas pasó con la entidad en las que ganó, dos veces la Liga y se erigió como capitán del equipo. Pero su traspaso por el Anderlecht fue tomado como una declaración de guerra. Pese a contar con periplo fugaz con el Porto, los hinchas en Lieja lo recibieron con propuestas de muerte, al menos una pancarta indicaba eso en una de las cabeceras del estadio (rojo o muerte). Read or dead rezaba la imagen en la que se percibía a Jason de Viernes 13 sosteniendo con una mano la cabeza decapitada de Steven Defour.

3° Robin Van Persie | Un caso extraño. Catalogado entre los traidores por fichar por el Manchester United tras diversas temporadas con el Arsenal, y eso, pese a no ser tan antagónicos como otros. Los fanáticos Gunners no perdonaron a RVP esa traición. Era su capitán y goleador y los dejó por unos millones de libras más. Eso sí, el holandés continuó deslumbrando con su romance con el gol.

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4° Carlos Tevez | Se hizo héroe en el Manchester United con una Champions League entre los trofeos llevados a las vitrinas de Old Trafford pero rápidamente se aburrió. Bastaron dos temporadas luego de su llegada para que los colores dejara de sentirlos. Lo imperdonable para muchos es que no mudó de ciudad, solo de equipo, pasando a los nuevos millonarioos de Inglaterra, el Manchester City.

El primer encuentro con su añejo club sorprendió a Carlitos. Tildado como otro de los grandes traidores, el argentino no soportó esa afrenta y para el siguiente cara a cara, celebró como loco uno de sus dobletes, perdiendo a los pocos que aún profesaban cariño por el Apache.

5° Mario Gotze | La perla alemana acaparó la atención de todos los medios durante cuatro maravillosas temporadas en Signal Iduna Park. Creció y se ganó el cariño de la afición. Hasta que apareció el Bayern Munich. Su traspaso al conjunto bávaro sentó fatal en Dortmund y siempre que acude a su campo encuentra algún mensajito en la grada dedicado para él, como un recordado: “Vete a la mierda, Götze”.

6° Sol Campebell | El mundialista inglés era un ídolo en White Hart Lane pero decidió serlo en otro equipo con más aspiraciones. Su apuesta no salió para nada mal en el renglón de títulos cosechados pero su aspecto de semidios para los fanáticos de Tottenham se esfumó, a tal grado que fue llamdo el nuevo Judas de Londres.

7° Mathieu Valbuena | El último en sufrir las inclemencias del público. Fue un ídolo en Marsella los ocho años que jugó allí. La volcánica afición del Olympique lo despidió con honores cuando el pequeño extremo abandonó el club en 2014 para jugar en el Dínamo de Moscú, incluso el club retiró su número 28 para que nadie más lo vistiese.

Un año le bastó para buscar un regreso a Francia, aunque antepuso Lyon a su antigua tierra. La afrenta no fue digerida ni por la entidad, que dio marcha atrás en su decisión de retirar el dorsal, ni por los seguidores, que entraron en cólera. Los más radicales colgaron un muñeco ahorcado, en clara alusión al pequeñín, otro más de los traidores del balompié.

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