El creador del Balón de Oro
COLUMNA | Antonio Rosique
Gabriel Hanot cambió para siempre el futbol europeo
COLUMNA | Antonio Rosique
Era 1956 y las notas de la trompeta de Chet Baker acariciaban las calles de París. La Segunda Guerra Mundial había quedado atrás y la capital francesa brillaba otra vez. Después de tanta zozobra y destrucción, era el momento de crear una nueva época para Europa; y eso, justamente, ocurría allí, en los cafés, los ateliers, las galerías, las cocinas, las redacciones y los cabarets de la Ciudad Luz.
Yves Saint Laurent triunfaba en la Casa Dior con sus innovadores diseños; Le Corbusier marcaba nuevas pautas para la arquitectura con sus edificios modulares; Brigitte Bardot explotaba como sex symbol en las salas de cine; el suntuoso restaurante L’Espadon abría sus puertas en el Hotel Ritz; Chet Baker elevaba el jazz a otra dimensión grabando en el Studio Pathé-Magellan de la calle Saint-Benoît; mientras que en el estadio Parc de Princes, el Real Madrid ganaba la primera Copa de Europa.
En medio de esa revolución creativa, Gabriel Hanot, el connotado periodista que había promovido junto a sus colegas del periódico L’Equipe, el nacimiento de la Copa Europea de Clubes, creaba otra “piedra preciosa” que le hacía falta al juego: el Balón de Oro, premio al mejor jugador europeo del año.
Hanot era un visionario. Había sido futbolista y seleccionado francés. Formó parte de la primera generación de pilotos aviadores durante la Primera Guerra Mundial. Salió herido de aquellas batallas contra el Barón Rojo, por lo que volvió al futbol como periodista y entrenador. Su pasión por el juego era tan grande, que tras perder un partido dirigiendo a la Selección de Francia, él mismo solicitó su cese como entrenador desde un editorial que publicó en el periódico L’Equipe. Gracias a su convicción, fue que se instituyó la entrega del Balón de Oro, bajo el impulso de la revista France Football.
El Oscar de futbol
El primer trofeo se le entregó en diciembre de 1956 al extremo inglés Stanley Mathews, luego de una votación de periodistas.
Mathews tenía 41 años, estaba aún en activo con el Blackpool, y se le conocía como el Mago del regate. Era un jugador irreductible por la banda derecha, el Garincha de Europa. Hijo de un boxeador, jugó dos Copas del Mundo y en 1953 ganó la FA Cup. Aquella final fue su consagración mediática. El duelo entre Blackpool y Bolton Wanderers fue el primer evento deportivo transmitido por televisión en la historia de la Gran Bretaña. Stanley logró, con sus escapadas por la banda, que su equipo remontara un 3-1 a 22 minutos del final. Si bien nunca pudo ganar la liga de Inglaterra, su espectacularidad y respeto por el juego le valieron aquel primer Balón de Oro. Lo más asombroso fue que jugó hasta sus 50 años; fue nombrado Sir por la Reina Isabel II, y es, hasta hoy, el jugador con más edad en la historia de la máxima división inglesa.
El Balón de Oro fue un éxito inmediato y ganó prestigio global. Gabriel Hanot murió en 1968 pero sus inventos cambiaron para siempre el futbol europeo. La Copa de Europa derivó en la Champions League cuya Final es el SuperBowl del futbol.
El Balón de Oro es hoy el trofeo oficial de la FIFA y equivale al Óscar de este fabuloso juego. A pesar de estas aportaciones monumentales, no hay una estatua en Francia que recuerde a este genio visionario; ninguna calle o estadio llevan su nombre. El único homenaje es un modestísimo campo de futbol, con apenas dos vestidores, en Wangenbourg-Engenthal, una población de solo 1,182 habitantes. Ahí, en su pueblo natal, donde descansan sus restos, se encuentra el Terrain de football Gabriel Hanot; un creador maravilloso que marcó su tiempo, tal cual lo hicieron Yves Saint Laurent, Le Corbusier, Brigitte Bardot o Chet Baker.