¡Increíble recibimiento para Islandia!
La afición Vikinga abarrotó las calles de Reikiavik para homenajear a su selección
La selección de Islandia regresó a territorio nórdico tras haber concluir su participación en la Eurocopa 2016 y tuvo un recibimiento increíble en Reikiavik, donde fueron arropados por su afición con el grito vikingo “¡Uh!” y homenajeados en un recorrido por la capital.
La selección islandesa, eliminada en Cuartos de Final ante Francia, transitó en un autobús de dos plantas con el techo descubierto el centro de la capital, repleto de gente que aplaudía y vitoreaba al equipo que tuvo una actuación sobresaliente en su primera participación en una fase final.
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¡Así te recibe tu afición cuando entregaste el CORAZÓN!
Qué GRANDE es Islandia: https://t.co/xcNqT5Hl9a pic.twitter.com/Jl9g3rNyfJ
— futboltotal (@futboltotal) 4 de julio de 2016
El paseo finalizó en el popular parque de Arnarhóll, junto al puerto, donde subieron a un escenario en el que les esperaban entre otros el presidente, Ólafur Ragnar Grímsson, y el primer ministro, Sigurdur Ingi Jóhannsson, que lucía la camiseta de la selección.
Uno a uno fueron presentados y vitoreados los jugadores islandeses, pero la mayor ovación fue para un sueco, el seleccionador Lars Lagerbäck, el hombre que ha culminado la transformación increíble del fútbol de Islandia.
Arnarholl, Reykjavik, Iceland. 4th July 2016. Ég er kominn heim. #ISL pic.twitter.com/rC2j7UrrNP
— RÚV Íþróttir (@ruvithrottir) 4 de julio de 2016
Lagerbäck, que deja el cargo, tuvo un detalle con su cuerpo técnico, al que mandó salir al frente del escenario, mientras él resaltaba que el gran éxito de Islandia es ante todo “una actuación colectiva”, agradecía su apoyo a la hinchada y decía sentirse como en casa en este país de 330.000 habitantes.
Tras el último discurso, jugadores y cuerpo técnico se unieron con los miles de hinchas, repitiendo el rito que ha dejado huella en la Eurocopa: los toques de tambor, las palmadas y un rugido, “¡uh!”, que se van sucediendo con mayor frecuencia hasta concluir en una explosión.