¡¿La felicidad y el futbol, no se llevan?!

El futbol está lleno de cosas que parecen inverosímiles, como goles que combaten a las leyes de gravedad, equipos que remontan un marcador de último segundo, o cracks que jamás ganaron un torneo. Pero una de las cosas que más sorprenden, es la relación que hay entre el balompié y la sociedad, pues aunque están vinculados estrechamente por el sistema económico que rige al planeta, existen contrastes interesantes.

En cuestión de campeonatos del mundo, de 20 torneos celebrados, sólo ocho selecciones han conquistado el título Mundial; sin embargo, los monarcas no pueden presumir de ser naciones estables, salvo Alemania e Inglaterra. Inclusive, tres de ellas (Brasil, Argentina y Uruguay) son países en desarrollo. Así entonces, en Sudamérica, España, Italia y Francia, se lucha contra la violencia y/o desigualdad, pero la forma de olvidar esas penas, es con el recuerdo de haber sido campeones del orbe en el balompié.

En contraste, los países más felices, por el modo de vida que tienen sus habitantes y de la distribución económica que sostienen, son los que menos brillan en el futbol, pues ninguno de ellos ha ganado un Mundial, además de que varios de ellos ni siquiera saben lo que es jugar una Copa del Mundo.

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De acuerdo al World Happiness Report 2016, los 10 países más prósperos del planeta son: Dinamarca, Suiza, Islandia, Noruega, Finlandia, Canadá, Holanda, Nueva Zelanda, Australia y Suecia, en ese orden; donde sólo los Países Bajos son considerados como potencia en futbol, aunque nunca han podido ganar un Mundial; no obstante, tanto a los neerlandeses como al resto de las naciones más dichosas, el conseguir un título de futbol internacional, no significa un mérito importante mientras mantengan un modo de vida estable.