Los patrones en Europa de Miguel Layún

Un atractivo triángulo futbolístico Italia-España-Inglaterra ha sido montado por la familia Pozzo. Detección de talento, préstamos internos y lucrativas ventas definen un modelo que en 2011 proyectó a Alexis Sánchez y al que ahora pertenece Miguel Layún, futbolista que este 25 de junio cumple 27 años de edad. 

Corría junio de 1969 cuando en los cines de Inglaterra se estrenó The Italian Job protagonizada por Michael Caine y conocida en algunos países de habla hispana como Un trabajo en Italia. La trama gira en torno a un golpe criminal en Italia, que el personaje de Caine (Charlie Croker, un exconvicto) piensa ejecutar, y requiere más que su habilidad como ladrón. Por ello acude a Mr. Bridger (encarnado por Noël Coward), un poderoso jefe criminal y magnate que, aun encarcelado, ejerce la influencia y poder económico necesarios.

La cinta fue un éxito y, con el tiempo, se hizo un clásico de la cinematografía. 43 años después de su estreno, otro “golpe italiano” llegó a Inglaterra, ahora deportivo y también financiado por un magnate: Giampaolo Pozzo. Mientras en la película la influencia de Mr. Bridger va de Inglaterra a Italia, Pozzo es italiano y alargó su control a suelo inglés al comprar el Watford.

De esa forma, la familia Pozzo cerró un interesante triángulo futbolístico que se completa en España, pero que toca territorios incluso más lejanos.

Calcio-Futbol-Football

El 30 de diciembre de 2014, México se enteró del fichaje de Miguel Layún por el Granada, que lo cedería por el primer semestre de 2015 al Watford de la Segunda División inglesa, hoy ya ascendido.

Ambos clubes pertenecen a la familia Pozzo, cuya fortuna se originó en la industria metalúrgica y se ha fortalecido con el futbol, al que ingresó en 1986, cuando compró al Udinese.

Pese a que los primeros años fueron duros (el equipo estuvo envuelto en escándalos de corrupción, tuvo problemas financieros y se movió entre la Serie A y la Serie B), paulatinamente se estabilizó, al grado que para 2005-06 calificó a la Champions por primera vez. En eso tuvo mucho que ver el primogénito del clan Pozzo: Gino.

“En sus primeros años, Giampaolo compraba mal y vendía peor. Eso cambió en 1993, cuando Gino llegó”. Habla Guido Gomirato, periodista italiano que trabajó como jefe de prensa del club. Andrea Carnevale, jefe de los visores del Udinese, está de acuerdo: “Gino sabe mucho de futbol”.

Precisamente en los visores radica la prosperidad del imperio Pozzo, según explicó en 2011 Gino en una entrevista con el diario español El País: “No podemos competir con las ofertas de otros clubes, así que buscamos talentos y los formamos”.

Su familia tenía al Granada desde 2009 y en dos años lo llevó de estar en tercera división, al borde de la desaparición, hasta primera, tras una larga ausencia de 35 años.

El éxito estuvo basado en buena medida en los préstamos de jugadores que el club andaluz recibió de su “hermano italiano”, una suerte de gana-gana: Granada no pagaba sueldos (lo hacía Udinese) y los chicos recibían minutos de juego que en Italia no tendrían.

Además, la clave del éxito económico de los Pozzo podría resumirse en: comprar barato, vender caro. Para eso ha sido esencial su sistema de scouts.

Se calcula que los Pozzo invierten en él 13 millones de euros por año, cantidad baja comparada con los 26 millones que Udinese recibió en 2011 por la venta de Alexis Sánchez (una de sus transferencias más lucrativas). Nombres como David Pizarro, Sulley Muntari y hasta Oliver Bierhoff se incluyen en las ventas que han engrosado las arcas del Udinese.

Relájense y disfruten

Los ingleses son, en muchos sentidos, gente de tradiciones. Una de las más arraigadas es su gusto por el té, que ha dado origen a una frase con la que se refieren a algo o alguien por quien sienten predilección: My cup of tea (Mi taza de té)… o a quien no les agrada: Is not my cup of tea.

Cuando compraron al Watford, en 2012, los Pozzo no fueron la cup of tea de gente como Martin Samuel, periodista del Daily Mail, quien afirmó que los jugadores prestados desde Italia (10 en el primer año de los Pozzo) lastimaban la identidad de los Hornets, que olvidarían el talento en su propia academia.

Además añadía que si los futbolistas importados florecían, terminarían volviendo a Italia, por lo que el fortalecimiento solo sería temporal.

Sin embargo, Gino Pozzo res-pondió que, cuando llegó, a los juveniles del Watford se les daban contratos cortos, de dos años máximo, y ellos comenzaron a extenderlos a tres o cuatro.

“Los fans necesitan relajarse y disfrutar el proceso”, dijo Gino, refiriéndose al proyecto que ya le ha dado éxito: fichar talento juvenil y desarrollarlo. “Watford es del tamaño ideal: los jóvenes pueden competir a un alto nivel, pero sin demasiada presión”.

Asimismo afirmó que, aunque no hay una fecha límite para lograrlo, la meta es subir a la Premier League. No lo han hecho mal: en su primera campaña llegaron al duelo por la promoción (perdieron con Crystal Palace) y en esta tercera, la 2014-15, se mueven en la zona de la tabla que permite jugar los play-offs por el ascenso.

Con todo ello, Miguel Layún tiene posibilidades de progreso: ya sea subir a la Premier, marcharse a la Liga con el Granada y ¿por qué no? convertirse en una de las exitosas transferencias de los Pozzo. Después de todo, este “trabajo a la italiana” ya demostró su eficacia y para Miguel podría resultar oro puro, tal como el objetivo del golpe que Michael Caine busca dar en la película.

VENTA MARAVILLA

En las tres campañas que pasó con Udinese (2008-11), el chileno Alexis Sánchez hizo 20 goles y dio 16 asistencias en la Serie A. El club italiano pagó por él 3 millones al Cobreloa, en 2006, y lo vendió al Barcelona por 26 millones, en 2011.