Rafael Márquez Lugo, el delantero que nunca despuntó

El ariete tuvo que dejar el balompié por una lesión en la rodilla
El 2 de noviembre de 1981, nació Rafael Márquez Lugo en la Ciudad de México, un delantero que encontró mayor regularidad con Morelia y Chivas, pero en el resto de sus clubes y con la Selección Mexicana, siempre quedó a deber, a pesar de la confianza que se le dio como el representante del gol.
A Rafael Márquez Lugo se le reconoce por ser de los pocos delanteros mexicanos regulares de la Liga MX en los últimos años; sin embargo, en toda su carrera no logró dar un paso más allá, a pesar de que tuvo las oportunidades.
Rafa tenía una similitud con la mayoría de los delanteros mexicanos del nuevo milenio: su garra. Arietes como Javier Hernández, Erick Torres, Eduardo Herrera, Omar Bravo, Javier Orozco, Oribe Peralta, Rafael Márquez Lugo y otros tantos, han tenido que luchar por mantenerse en pie en una liga que ofrece pocas oportunidades para los nacidos en México, y menos aún en su posición, ocupada por oriundos del extranjero.
Rafael Márquez Lugo puso mucho ímpetu en toda su carrera, pues desde muy pequeño, se enlistó en las fuerzas básicas de Pumas en busca de ser un futbolista profesional, meta que consiguió el 10 de septiembre de 2000, cuando debutó en la Liga MX con la camiseta auriazul, frente a los Rayados del Monterrey.
Rafa jugó hasta el 2002 con los Pumas, con quienes tuvo actividad en 39 encuentros y anotó ocho goles. En 2003, el recién nacido Jaguares de Chiapas lo adquirió para que fuera su referente de ataque; pero en 31 partidos con los chiapanecos, apenas hizo tres tantos.
Parecía que su carrera estaría enmarcada por cábalas, como aquella que señala que la tercera es la vencida, y así fue, pues para el Clausura 2004, Morelia solicitó sus servicios y Rafael Márquez Lugo se sintió como en casa con la escuadra purépecha, con quienes jugó 94 partidos en tres años, y anotó 34 goles. Su productividad no parecía tan alta, pero se había ganado la titularidad en el club.
Además, su desempeño con Monarcas llamó la atención del entonces entrenador de la Selección Mexicana, Ricardo Antonio La Volpe, estratega que probó a muchos jugadores en el Tri, y a la mayoría de ellos los hizo jugar bien con el representativo nacional, pero Rafael Márquez Lugo parecía ser la gran excepción.
Rafa fue probado por La Volpe junto con Francisco Fonseca, como las últimas opciones de la delantera del Tri, en caso de que Jared Borgetti, Omar Bravo, Adolfo Bautista, Cuauhtémoc Blanco, Daniel Osorno y Francisco Palencia, no estuvieran en disposición, nivel o no fueran del agrado del argentino.
Kikín al final logró convencer a La Volpe, al grado de que lo llevó al Mundial de Alemania; en el caso de Rafael
Márquez Lugo, quien no pudo ser constante frente al marco, recibió varias oportunidades del estratega argentino, quien confió en él para representar al Tri en otras competencias, para ver si así lograba consagrarse.
Rafa jugó el preolímpico de CONCACAF, rumbo a Atenas 2004, donde el equipo fue campeón arrasando a sus rivales; pero en los Juegos Olímpicos, tanto él como el resto del equipo, no pudo responder y ni siquiera superaron la fase de grupos.
En 2005, La Volpe lo llevó a la Copa Oro, donde el equipo fue eliminado en cuartos de final por Colombia, y a la Confederaciones en Alemania, donde Rafael Márquez Lugo sólo jugó 9 minutos frente al anfitrión.
Rafa continuó con Morelia hasta 2007, y luego militó en Pachuca, Tecos y América, entre 2007 y 2008, sin pena ni gloria; pero en 2009, los Potros de Hierro del Atlante confiaron en él y su puntería mejoró, pues anotó 14 goles en poco más de 40 encuentros, más del doble de anotaciones que hizo en total con sus anteriores tres clubes.
Con Atlante levantó el trofeo de la Concachampions y eso fue suficiente para que el club donde entregó más alegrías le volviera a llamar, así que en 2010, Rafael Márquez Lugo se reintegró al Morelia, con quienes marcó 24 goles hasta 2012.
En ese entonces, el mal paso de Chivas obligaba al Rebaño reforzar sus líneas, y ante la escasez de delanteros nacionales, necesitaban traer a un atacante con experiencia y rendimiento regular, así que pidieron a Rafael Márquez Lugo para afinar su línea de ataque.
No muchos veían con buenos ojos la llegada de Rafa al Rebaño Sagrado, pero ante ese grupo que no levantaba ante los cambios de técnicos y la fuga de muchos referentes del club; Márquez Lugo respondió, ya no como referente del gol, sino del equipo.
Por ello volvió a ser considerado en el Tri, esta vez por José Manuel de la Torre, quien lo llevó a la Copa Oro 2013, lugar que sirvió para determinar que Rafael Márquez Lugo no lograría triunfar con la Selección Mexicana, y para sentar la caída del Chepo en el timón del Tri.
Rafa volvió a Chivas para seguir como el hombre gol; pero en 2014 las lesiones comenzaron a cobrarle factura, en especial en la rodilla, que recibió cirugía varias veces en busca de regresarlo a las cancha; finalmente, en 2015, Márquez Lugo tuvo que aceptar que ya no volvería a jugar, así que se retiró en la penumbra.
En el retiro, Rafa confesó que a pesar de ser un futbolista aguerrido, le faltó disciplina para superarse y ser más que un delantero regular de la Liga MX, y que eso fue lo que impidió que llegara lejos. Cierto o no, el delantero no pudo conquistar ningún título de liga, ni de goleo.
Rafael Márquez Lugo cumple 34 años este 2 de noviembre, una fecha tradicional de México, que se conjunta con días de fenómenos paranormales, o que tienen referencias con leyendas antiguas de ultratumba; en ese sentido, curiosamente, todo equipo donde militó el delantero, sufrió una crisis de descenso u ocupó los últimos lugares de un certamen; desde Pumas hasta el Tri.