Zidane, por marca de Luis Enrique y Simeone

La felicidad de Zinedine Zidane por convertirse en el nuevo entrenador del Real Madrid debe convertirse rápidamente en compromiso con el club, ya que la directiva y la afición le demandarán meterse a la pelea por el titulo con el Barcelona y el Atlético de Madrid en esta temporada, además de que su llegada se convierte en un compromiso personal, como exjugador merengue.

Tanto el Barca como el Atleti se ubican por arriba del conjunto blanco en la tabla general, y en ambos clubes se encuentran técnicos, cuyo funcionamiento tratará de emular el francés, ya que, tanto Luis Enrique como Diego Simeone ya han logrado hacerse del título de liga con su club, en su etapa como jugador, y también como entrenador.

El primero en lograrlo fue el argentino, quien en su fase de delantero con el conjunto colchonero ayudó a los suyos a levantar el título de Liga en 1996. Curiosamente, el conjunto madridista no pudo conseguir otro cetro liguero, hasta la temporada 2013-14, cuando el Cholo, ahora en su faceta de director técnico, colaboró para la causa.

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El actual entrenador del Barcelona Luis Enrique, apenas la campaña pasada logró igualar lo hecho por Simeone, al levantarse con el cetro local; mismo título el cual levantó, hasta en dos ocasiones, en su etapa como mediocampista blaugrana, en 1998 y 1999.

Por su parte, Zidane probó las mieles del título liguero solo en una ocasión, en la campaña 2002-03, por lo que si lo comparamos con sus técnicos rivales, Zidane tendrá que responder rápido, si es que quiere codearse con ellos, además de que los cuestionamientos no tardarían en llegar.

A pesar de la cercanía de unidades entre un equipo y otro (Atlético 41, Barcelona 39 y Real 37 puntos) , la tarea se ve complicada. El conjunto rojiblanco vive una de sus mejores etapas, de la mano de Diego Simeone, mientras que los blaugranas vienen de conseguir cinco títulos al hilo, con Luis Enrique en el timón.

Zinedine Zidane tendrá que apelar a su conocimiento de la filosofía del equipo para poder igualar, o hasta superar lo hecho por sus colegas, y regresarle la sonrisa a su nueva afición.