Oportunidad de revancha… ¡42 años después!

El sorteo de las semifinales de la Champions League 2015-16 que emparejó al Atlético de Madrid con el Bayern Múnich pareció ensañarse con los Colchoneros, al enfrentarlos con el que, al menos en el papel, es el equipo más fuerte que accedió a estas instancias.

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— Atlético de Madrid (@Atleti) 26 de abril de 2016

Pese a ello, en el feudo Rojiblanco no se amilanan ni coinciden con quienes los ven como víctimas seguras de los Bávaros. Por el contrario, el encuentro parece haberse recibido con un toque de gusto, de acuerdo a varias voces que se han pronunciado en estos días desde varios sectores del entorno Colchonero.

Aficionados, jugadores actuales y antiguos del Atleti han expresado, de una u otra manera, su beneplácito por tener enfrente al Bayern.

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Y aunque los frentes desde donde se alzan esas voces son diversos, la razón de todos ellos es una sola: ganas de revancha.

El sábado pasado, cuando el cuadro del Cholo Simeone recibió al Málaga, en una de las cabeceras del Vicente Calderón se leía en una manta: “El miércoles, ganad por nuestros mayores”. Para entender el mensaje, hay que mirar 42 años atrás.

Es el 15 de mayo de 1974. Se juega la final de la Copa de Europa. El Atlético de Madrid enfrenta al poderoso Bayern en el estadio de Heysel, en Bruselas. El tiempo regular termina, los equipos entran a la prórroga. Ahí la igualada se mantiene hasta que, al minuto 114, llegó un tiro libre que Luis Aragonés cobró de forma magistral, libró la barrera y se anidó en las redes.

La euforia Atlética estalló. La Copa de Europa, la primera de su historia, estaba a seis minutos de distancia. Ya se preparaba el sitio que ocuparía aquel trofeo en las vitrinas del club cuando, 20 segundos antes del silbatazo final, llegó la desgracia en forma de cañonazo: Hans-Georg Schwarzenback sacó un potente derechazo desde tres cuartos de cancha que pasó entre varios jugadores y resultó imparable para el portero Miguel Reina.

20 segundos. Eso fue todo lo que separó a los Colchoneros de la gloria continental. En aquella época no se tiraban penaltis, por lo que la igualada forzó a un partido de desempate que se jugó cuatro días después, pero al que los Colchoneros llegaron anímicamente desfondados y casi no pusieron resistencia a un cuadro de Múnich que los aplastó 4-0.

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Aquellas noches belgas se convirtieron en un triste episodio en la historia del Atleti. Las ansias de gloria en el máximo torneo continental, conjuntadas con el deseo de venganza contra el Bayern formaron una mezcla amarga que se fue acumulando en la garganta Rojiblanca durante más de cuatro décadas. Hasta que por fin el destino le presenta la anhelada oportunidad de desquite.

Responsabilidad histórica | 42 años después, algunos de los protagonistas/mártires de aquellas noches en Heysel no han olvidado. Para Reina, por ejemplo, el calendario parece haberse congelado desde entonces: “Este partido lo voy a vivir como si fuera ayer el 15 de mayo de 1974. Mi deseo es que aquello que se perdió se pueda recuperar ahora”.

Por su parte, Francisco Melo, defensa de aquel Atlético, intenta desmarcarse del sentimiento que, en buena medida, resume el sentir del entorno Colchonero: “No me gusta el término ‘venganza’, pero el fútbol no fue justo con nosotros”.

Ese deseo de la vieja guardia Rojiblanca por recuperar algo de lo que les fue arrebatado en 1974, lo comparte el Atlético de hoy.

Antes del sorteo para las semifinales, horas después de que los de Simeone se hubieran cargado al Barcelona en cuartos, el presidente del club, Enrique Cerezo, dejó claros sus deseos: “Me gustaría una final contra el Bayern porque queremos la revancha de hace 42 años”.

La fortuna no quiso que el choque fuera en el escenario deseado por Cerezo, pero sí les da la ocasión del desquite histórico, como admiten en el plantel.

Hace dos días, el mediocampista Augusto Fernández no anduvo con rodeos ante la pregunta de si el duelo puede ser el desquite del Atleti: “Negarlo sería negar la realidad. Sería hipócrita. Sé de la ilusión y la necesidad de la gente y nuestra”.

Aunque los de Pep Guardiola parten como favoritos, en el Atlético de Madrid hay respeto por su rival pero no temor, según explicó el arquero Jan Oblak: “Que nadie se asuste. Son futbolistas muy grandes, pero en el Atlético nadie tiene miedo de ellos”.

Oblak: “En nuestra mente está ganar el partido del miércoles y superar la eliminatoria”. #AtletiFCB #AúpaAtleti #UCL pic.twitter.com/UxNr7ZNPxf

— Atlético de Madrid (@Atleti) 25 de abril de 2016

Con la valentía y sacrificio propia de los Colchoneros del Cholo, mezclada con la sed de revancha y responsabilidad histórica que el duelo ante el Bayern implica, el Atleti saltará hoy al campo. Si es cierto que la venganza es un plato que se sirve frío, 42 años de espera le vienen perfecto al cuadro del Manzanares.