Ex jugador del Morelia vive en la calle
Hernán Indio Castro fue víctima de los excesos
Bien dicen que un deportista requiere de alguien que regule su dinero, pues los excesos que incita la fama pueden hacer que éstos se vayan a la ruina; dicho panorama lo vive Hernán Indio Castro, jugador chileno que militara a principios de los 90 en el Morelia y que ahora vive en situación de calle.
En la década de los 80, el andino disfrutó de lujos, pues se instaló en una residencia notable, se trasladaba en un coche de lujo, además de poseer todo tipo de extravagancias; pero el problema con el alcohol y las drogas significaron su mayor inconveniente.
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— Monarcas Morelia (@FuerzaMonarca) 19 de septiembre de 2016
“Allá no había control doping y era frecuente una cervecita con su marihuana. Llegaba a volar en los entrenamientos”, recordó Indio Castro en entrevista con el diario Las Últimas Noticias de Chile.
Quien militara con los purépechas de 1990 a 1992, hoy día duerme bajo un árbol en las calles de Cerro Navia, una de las localidades más peligrosas de Santiago de Chile.
Después de su travesía por México, el ex futbolista relata que regresó a su país con poco menos de 40 millones de pesos chilenos, pero los excesos redujeron drásticamente su fortuna; dejó a dos mujeres embarazadas al mismo tiempo, siendo la más joven, su amante y con la cual decidió quedarse.
Toda vez que las lesiones en las rodillas lo obligaron a retirarse, su alcoholismo se disparó atrayéndolo en una espiral descendiente que se alargó hasta que alcanzara la Tercera Edad. “Hace un año me separé y tengo que ser sincero: agredí a mi mujer. Ella me denunció, terminé preso y con prohibición de acercarme a mi casa. Después volví en estado de ebriedad a ver a mi hijo y otra vez me fui preso. Otro hermano me llevó a vivir con él a Puente Alto, pero no me sentí cómodo y preferí vivir en la calle”, relató.
Hernán Indio Castro pasó de ser un éxito en las canchas, de gozar los placeres de la fama y riqueza; ahora a us más de 60 primaveras sólo tiene un colchón bajo un árbol, con un único sueño: recuperar el cariño de su familia.
“Me entretengo contando los aviones, los veo pasar y les doy la bendición a los pasajeros. A veces me dan ganas de llorar porque me gustaría recuperar a mi familia, pero creo que no voy a poder. A ratos también pienso puras cabezas de pescado. Siempre con mi botella de ron. Esa no me falta nunca”, acotó.
VIDEO: Agenda TV | Jornada 10 del Apertura 2016
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