Estados Unidos: el rival más duro se renueva

Este será el segundo Hexagonal del alemán Jürgen Klinsmann al frente de la selección de Estados Unidos. En el anterior consiguieron el primer lugar de manera relativamente cómoda, basándose principalmente en su fortaleza como local (ganó sus cinco juegos sin recibir un solo gol).

El conjunto de las Barras y las Estrellas mantuvo esa fortaleza en casa en la etapa previa a este Hexagonal: ganó sus tres partidos con 14 goles a favor y solo uno en contra. Eso fue clave para ser líder de su grupo. Sin embargo, el camino no estuvo del todo libre de sobresaltos; aunque solo dejó ir cuatro puntos, la única derrota que sufrió (2–0 en Guatemala) trajo cuestionamientos al trabajo de Jürgen en la prensa, que se preguntaba si otro resultado adverso podría sacarlo del cargo; dejando claro que la exigencia en Estados Unidos hacia su selección es cada vez mayor.

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Por otra parte, los norteamericanos han experimentado una fuerte renovación desde el ciclo mundialista anterior. Apenas unos cuantos, como Tim Howard, Michael Bradley, Geoff Cameron y Matt Besler se mantienen. Se han ido tipos como DaMarcus Beasley, Landon Donovan y Clint Dempsey; estos dos son los casos más llamativos.

Donovan se había retirado en diciembre de 2014, un año amargo para él, pues Klinsmann lo dejó fuera del Mundial de Brasil. Ahora, aunque el Capitán América volvió a la actividad en septiembre de 2016 con 34 años, parece difícil que el seleccionador lo llame.

El caso de Dempsey es diferente. Se le consideraba el heredero de Donovan como el mejor jugador de Estados Unidos y sus goles lo respaldaban, pero un problema en su corazón detectado a inicios de septiembre lo sacó de la actividad hasta que se garantice que no corre peligro. Su equipo, el Seattle Sounders, lo descartó para volver en lo que resta de 2016 así que, al menos, no estará en los primeros dos juegos del Hexagonal.

En contraparte, Estados Unidos cuenta con Jozy Altidore, autor de seis goles en la ronda previa, pero probablemente lo más emocionante es su nueva arma secreta: Christian Pulisic, volante-extremo que pinta para convertirse en la nueva estrella durante muchos años… y en un dolor de cabeza para el Tri.

Estados Unidos iniciará con dos de los juegos más difíciles: recibir a México y visitar a Costa Rica. Hay una ligera preocupación de que el equipo podría perder esos dos partidos; pero si eso sucede, habrá tiempo para corregir el rumbo.

La labor de Jürgen Klinsmann ha sido buena a secas. Lo mejor que hace es reclutar futbolistas fuera del país y convencerlos de jugar para Estados Unidos, pero no es particularmente bueno en los partidos; se cuestionan sus cambios, sus alineaciones y que modifique el once inicial frecuentemente. Hay jugadores que no entienden del todo lo que quiere que hagan. Sobre el equipo, podemos destacar a Michael Bradley: no es el más hábil, pero sí el que trabaja más duro y es muy inteligente. Ayuda mucho frente a la defensa, porque ahí ve mejor lo que sucede.

En cuanto a México, es uno de los dos mejores en Concacaf con Estados Unidos. Tiene futbolistas peligrosos; uno de los que más conocemos aquí es Giovani Dos Santos, un jugador muy agradable de ver, que ha tenido un gran año con el Galaxy. México quizá pueda sentirse intimidado en Columbus, pero debe calificar directo.