Necaxa deja fuera al campeón Pachuca
El portero Barovero fue imbatible y encumbró a los Rayos a Semifinales.
Necaxa rozó la perfección esta noche en el estadio Hidalgo, aguantó y “secó” a la ofensiva de Pachuca para avanzar a las semifinales del Torneo Apertura 2016 de la Liga MX, con un empate 0-0 (2-1 global).
Con la ventaja de 2-1 conseguida en Aguascalientes el pasado jueves, el cuadro necaxista tenía que mantener dicha diferencia contra el vigente campeón del futbol mexicano y así lo hizo, para dar una campanada en estos cuartos de final.
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Pachuca era el obligado y salió como un vendaval en busca de ese gol que le pusiera en la instancia de semifinales, pero se encontró con un Necaxa que no salió atemorizado en el Hidalgo y trataba de retener el balón la mayor parte del tiempo.
Pachuca puso a trabajar de inmediato al portero argentino Marcelo Barovero, con remates de Franco Jara, Jonathan Urretaviscaya y Stefan Medina, pero en todas las ocasiones aquel respondió con creces, para confirmar que fue una de las mejores contrataciones del presente certamen.
La tensión subió en el segundo tiempo, si bien Pachuca continuó con el balón en su poder, no se lanzó con todo en los primeros minutos de la reanudación, sabedor de que el club de Aguascalientes en cualquier momento era capaz de hacer daño.
Conforme transcurrió el tiempo, Tuzos ya arriesgó más, metió a todo Necaxa en su propia cancha, pero lo suficientemente acomodado para no dar mucho espacio al rival y en una de las pocas claras acciones de gol, “Chucky” Lozano perdonó en el área chica con disparo desviado.
La desesperación se vio en el cuadro anfitrión en los últimos instantes del partido y bajó el ánimo cuando se fue expulsado el argentino Claudio Riaño, quien entró con todo para lesionar a Lozano, a la espera de que no sea algo muy grave, lloraba el jugador de Tuzos.
Y así como se dolía el Chucky, se lamentó la afición y el campeón se despidió con la igualada 0-0 contra la revelación del Apertura 2016, Necaxa, que si bien sorprende, su futbol respalda que está para vencer a cualquiera, aunado al ánimo por las nubes y sin la presión de nada que perder y mucho que ganar.
Rayos se medirá en la antesala por el título con América, en lo que antes era un juego de “hermanos”, relación que se desvaneció desde hace varias temporadas.