La peor versión de América

El América de Ricardo La Volpe fue inoperante en el Clásico ante Chivas y su delantera, fantasmagórica. Vivió una noche para el olvido en la que mostró su peor versión. Acabó seca, sin gol, y lo peor, sin un solo tiro entre los tres postes.

“Estamos tristes, dolidos con la afición”, admitió Oribe Peralta, quien esta vez no pudo anotar como lo hizo en los Cuartos de Final del torneo anterior.

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Los números de América, que acabó jugando con 10 hombres por una expulsión rigorista de Miguel Samudio, fueron paupérrimos: un centro por derecha, dos más por izquierda, un par de tiros a gol, un remate con la cabeza y tres tiros de esquina. No más.

Las Águilas extrañaron a su refuerzo estrella Cecilio Domínguez, quien hizo dos tantos en cuatro partidos convirtiendose en el hombre gol del equipo. Su sitio lo ocupó Michael Arroyo, quien a media semana hizo tanto en la Copa MX. El ecuatoriano estuvo 54 minutos en la cancha, pero sin chispa. No logró ponerle una buena pelota a Peralta y lo mejor que hizo fue sacar un par de servicios a tierra de nadie. La Volpe terminó sacrificándolo para ingresar a Osmar Mares tras la expulsión de Samudio.

Por la otra banda estuvo Renato Ibarra y fue, quizá, lo más punzante que tuvo América. Y es que fue el único que logró tirar en el primer tiempo, aunque hasta el minuto 42, cuando las Águilas ya estaban en desventaja por el penalti que regaló Pablo Aguilar y que convirtió Ángel Zaldívar. Tuvo nula asociación con Oribe Peralta.

La Volpe puso en punta a Oribe Peralta, pero sin la mejor versión de Arroyo e Ibarra fue imposible que pudiese pesar a la ofensiva. El único remate que hizo se fue desviado. En el complemento tampoco hizo mucho con el ingreso de Darwin Quintero, cuya mejor jugada fue un tiro descompuesto que paso muy desviado del marco de Rodolfo Cota.

Hasta antes del Clásico, América promediaba 9.8 disparos a puerta por partido. Su problema era la falta de contudencia. Ayer le sumo otro más: la falta de llegada. El próximo sábado se mide ante Cruz Azul. Tendrá una semana con la presión a tope. “No queda otra que levantar la cara y buscar salir de esta”, dijo Peralta.