Antonio Carlos Santos
El mítico 13 de las Águilas con su trote inconfundible hizo que todos los ojos se centraran en él y su fino trato al balón.
Uno podía ver horas y horas jugar a Antonio Carlos Santos, su talento era tan grande que como todo buen artista lo administraba para sacarlo en el momento justo, eso creaba la gran expectativa por ver el momento en que de su educado botín saldría el toque que detendría el tiempo por un instante: magia pura en el rectángulo verde.
Esa magia le valió al ‘Negro’ Santos ser uno de los consentidos del América, pocos se resistían ante la clase del brasileño y muchos se quedaron con las ganas de que el ‘boom’ de naturalizar futbolistas y utilizarlos en el Tri se diera dos décadas después, debido a que Santos tenía todo lo que podíamos pedir para verlo con la casaca de la Selección Mexicana.
Santos se erigió como el orquestador nato de las Águilas que lograron el Bicampeonato en las temporadas 1987-88 y 1988-89; con un ataque de miedo junto a Zague y Hermosillo, mostró que todos debían ‘cuadrarse’ ante el mítico equipo amarillo que se apoderó de la década de los 80.
Esta es sólo una muestra de lo que hacía con el balón:
“MAGIA” @negrosantos13 pic.twitter.com/oyWw1zQnJM
— dato aguila #100Años (@DATO_AGUILA) April 4, 2016