Arlindo y el rechazo a Guillermo Cañedo
La increíble anécdota del brasileño con el América
“¡Ustedes son unos hijos de papi!”, nos gritó Guillermo Cañedo, que era el presidente del América, un día que empatamos a ceros contra Pumas. Era la temporada 65-66 y con ese resultado, el Guadalajara se nos acercó a un punto en la tabla. Nosotros éramos líderes.
El señor Cañedo bajó al vestidor para regañarnos. Y nos llamó “hijos de papi” porque, según él, nos sentíamos muy confiados por el buen trato que teníamos con Emilio Azcárraga Milmo -dueño del América- quien nos había dado el voto de confianza a todos los jugadores para lograr el campeonato.
Ese voto de confianza del señor Azcárraga se convirtió en una responsabilidad, sobre todo con los extranjeros con quienes tenía más apego. Recuerdo que un día nuestro portero Ataúlfo Sánchez me dijo: “Mira, Arlindo, lo menos que podemos hacer es no defraudarlo, o somos campeones o nos sacan a todos los extranjeros del equipo”.
Pasó el torneo y nos coronamos en el estadio de Ciudad Universitaria, donde éramos locales, al ganarle 2-0 al Veracruz. El día que fuimos campeones, Guillermo bajó con su comitiva para felicitar y abrazar a todos los jugadores.
Cuando llegó conmigo, le rechacé el gesto y le dije: “Ahora si ya no somos hijos de papi, ya somos hombres ¿verdad? Muchas gracias, señor Cañedo, pero yo me abrazo solito”. Él me dijo entre risas que eso ya había quedado en el pasado, que no me lo tomara a pecho. Pero igual yo no lo abracé.
MI ANÉCDOTA
Arlindo dos Santos
Mediocampista
Con América: 1964-68