El Clásico del Siglo
América cobró venganza ante Guadalajara en la Final.
En la temporada 1982-83 el América dominó la liga: superlíder con 71 puntos, mejor ataque (75 goles anotados) y mejor defensa (30 en contra). Pese a eso, Chivas lo eliminó en semifinales de una manera escandalosa, con todo y bronca incluida.
Por eso, que la final de la 1983-84 fuera contra el mismo Guadalajara era la oportunidad de vengarse. Decía Carlos Reinoso (ya como técnico del América) que en el Clásico “hasta el sudor es diferente”, así que con el título en disputa era inmejorable.
La ida en el Jalisco acabó 2-2 y el 10 de junio de 1984, la vuelta en el Azteca inició como pesadilla para el local por la expulsión de Armando Manzo y luego por un penal en contra.
Ahí cambió la historia: Héctor Miguel Zelada construyó uno de los momentos cumbre en la leyenda crema al atajar el tiro de Eduardo Cisneros. El impulso anímico que América tomó se materializó en los goles de Eduardo Bacas, Alfredo Tena y Javier Aguirre (Fernando Quirarte anotó uno para Chivas) que sellaron el triunfo 3-1 y el título para los capitalinos.