Héctor Miguel Zelada

Era el prototipo del arquero moderno: espectacular, con presencia, grandes reflejos y excelente colocación. Los rivales le temían y él se regocijaba de ello, dejando una estela de soberbia digna de un verdadero americanista: así era en la cancha Héctor Miguel Zelada, el mejor portero en la historia del América.
Es producto del buen ojo de Panchito Hernández, a tal grado que cuando el famoso buscador de talentos lo vio a él en un entrenamiento de Rosario Central junto a su compañero Ricardo Ferrero, prefirió a Zelada, pues aseguraba que le vio más carácter.

Su trascendencia con las Águilas lo llevó a ser portero suplente de Argentina durante el título conseguido en el Mundial de 1986.

Todos sueñan con tener un momento clave por el cual serán recordados para la eternidad, pero esa realidad sólo esta destinada para unos cuantos y Héctor Miguel Zelada es uno de esos tocados por el destino para ser inmortales.

Así, el americanismo tiene grabado en la memoria el momento en que se jugaba la Final de Vuelta de la campaña 1983-84, era la llamada Final del Siglo entre América y Chivas con un penalti cobrado por Eduardo ‘Vaquero’ Cisneros, parecía el momento ideal para que el Rebaño resurgiera, anotara y firmara el empate, pero Zelada tenía otra idea en mente.
Y cómo en un sueño, Zelada se lanzó y atajó el disparo del ‘Vaquero’, el portero no cabía en sí de emoción, tomó el balón y lo despejó hasta la banca de su técnico Carlos Reinoso.

Esa es la imagen con la que todos los americanistas se quedan de Zelada, una imagen aderezada con el corazón y la entrega que puso en cada lance para consolidarse como el mejor portero en la historia del América.