Un genio llamado A. Carlos Santos

La temporada 1987-88 inició con Cayetano Rodríguez como DT del América, recomendado por César Luis Menotti, de quien fue asistente en el Mundial de Argentina 78.

Pero el estilo ofensivo y veloz que pretendía (“Trasladar el balón lo más rápido posible al área rival”, según Gonzalo Farfán) no cuajó y a media campaña lo remplazó el brasileño Jorge Vieira, quien implantó un juego también agresivo pero más cadencioso, apoyado en buena medida en uno de los extranjeros más brillantes que ha tenido América: Antonio Carlos Santos, quien tenía toque, precisión en el pase y desequilibrio.

El América llegaría la final, pero tras un incidente curioso en semis: en la vuelta en el Azteca, Morelia pensó que el 3-3 (5-5 global) le daba el pase por goles de visitante; hasta el árbitro lo creyó, pero Tena insistió en que el último gol Ate, en tiempo extra, no contaba para ese criterio.

Los jugadores del Morelia estaban celebrando cuando los sacaron del vestidor para tirar penaltis, donde América alcanzó la final, de nuevo ante Pumas, a los que derrotaron con global de 5-1.