Raul Gutiérrez, un profesor pura sangre
Así inició el camino del Potro para forjar una carrera que lo llevaría a ser técnico del Tri Sub-22
El Potros Neza fue un equipo improvisado que tuvo un paso fugaz por el futbol mexicano. Ahí fue donde Raúl Erasto Gutierrez (16 de octubre de 1966) emprendió una cabalgata única, que a la postre terminaría por marcarlo de por vida.
Aquel modesto club era filial del Atlante y había surgido en 1988, después de que los dirigentes de Correcaminos UAT vendieran una franquicia tras haber perdido la categoría. En el único año que militó en la Segunda División de México, el equipo de ciudad Nezahualcóyotol logró lo que parecía imposible: conquistar un título y ascender legítimamente a Primera División.
Raúl Gutiérrez fue uno de los jugadores de aquella emblemática generación, cuyo sello de identidad era la convicción y el hambre de triunfo. Su caso es privilegiado, porque las tablas para ser un guerrero no las aprendió en el futbol, sino años atrás como profesor, dando clases en una primaria rural.
“Cuando viví mi adolescencia eran otros tiempos muy distintos. De la secundaria entrabas a la normal y salías maestro, antes de cumplir 18 años. Ese plan de estudio agarraba docentes y los enseñaba a enseñar”, recuerda el Potro. “Mi formación como profesor tuvo repercuciones ahora como entrenador”, agrega en un mano a mano con Futbol Total.
LEER MÁS: Todas las noticias del futbol mexicano
Erasto Gutiérrez compartió vestidor con tipos de ADN azulgrana, como Luis Miguel Salvador, Roberto Andrade, Guillermo Cantú y, por su puesto, con el hombre con el que siempre estará agradecido, el entrenador Víctor Manuel Vucetich, quien por aquel entonces también iniciaba un periplo pero como entrenador.
“Yo era un novato de 17, 18 años, disciplinado, pero muy impuntual. Hasta que un buen día Vuce, mi primer entrenador en forma, habló conmigo y me dijo: ‘Potro tienes que ser más dedicado, ya deja de llegar tarde”, rememora.
El consejó de Vucetich funcionó. Gutiérrez ya no llegaba barriéndose a los entrenamientos y solo lo hacía en los partidos para robar la pelota y lucir sus cualidades como lateral derecho. Tuvo con los Potros Neza una campaña de ensueño y consiguieron ascender a Primera División. Raúl nunca lo olvidará, porque no pudo ir al máximo circuito y tuvo que quedarse en Segunda División con el Atlante, ya que la directiva del club hizo de las suyas y vendió a la franquicia.
Pero… ¡La jugarreta fue lo mejor que pudo pasar!
La escuadra azulgrana logró ascender a Primera División y el Potro fue parte de aquel título que encumbró su carrera futbolística, mientras Vucetich se fue a dirirgir al León y emuló la gesta que lo llevó a pisar en 1990, al igual que Raúl, la Primera División.
“En ese Julio de 1990 ascendimos a primera división y en septiembre, octubre de 1991 ya había sido convocado por César Luis Menotti a la selección. En menos de un año todo empezó a tomar forma un poco la línea de cómo quería”, afirma.
Aquel periplo marcó de por vida la trayectoria de Raúl Gutiérrez. Por delante tuvo 14 años como futbolista en los que forjó una carrera vital para emprender una andadura éxitosa como director técnico de las selecciones menores de Tricolor, la cual no habría sido posible sin Guillermo Cantú, uno de los futbolistas con el que estuvo en Potro Neza y que en 2009 lo invitó a ser parte de la selección por tercera ocasión.
“Ya lo había rechazo en 2005 dos veces, la tercera fue la vencida. Desde que era jugador fui muy táctico y para finales de mi carrera ya tenía bien decidido que quería ser entrenador”.
Con la selecciónes menores es dónde ha confirmado que es un profesor pura sangre: darle a México un segundo campeonato del Mundo en 2011, haberlo guiado al bicampeonato del Preolímpico hace poco y alimentar el sueño de ver a la Sub-23 como bicampeón Olímpico en Río de Janeiro 2016 lo avala.