Antonio de Nigris, el trotamundos caído
Así recordamos al Tano en su séptimo aniversario luctuoso
Este 16 de noviembre, se cumple el séptimo aniversario luctuoso del delantero mexicano Antonio de Nigris, quien dejó este mundo en 2009 a causa de problemas cardiacos, cuando militaba en el futbol helénico. El Tano quería jugar un Mundial y parecía que en Sudáfrica se cumpliría su sueño, pero el destino no se lo permitió…
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Antonio de Nigris debutó con Rayados de Monterrey en el 2000, y rápidamente se hizo del cariño de la afición regia, pues acumuló 37 goles en 65 partidos disputados, lo que lo convirtió en ídolo del cuadro de la Sultana del Norte; curiosamente, su hermano Aldo, también entraría en la historia del club, unos años más tarde.
En 2002 fue fichado por el América, donde no la pasó muy bien, al haber tenido casi nula participación con las Águilas, lo que provocó que emigrara del Nido; no obstante, comenzaría así su paso de trotamundos.
Antonio de Nigris ficha con Villarreal en 2003, para sentar así el precedente de los mexicanos en el Submarino Amarillo, pero sin ganarse mucho interés de Ricardo La Volpe con el TRI. Cambia de club, para jugar con el Polideportivo Ejido en 2004, pero sólo dura unos meses para viajar a Colombia y unirse al Once Caldas.
Con cuatro años de carrera profesional, ya había jugado en 3 países de 2 continentes distintos, pero su rumbo no iba a parar, pues volvió a México, para jugar con el Puebla a finales de 2004 y en el primer semestre de 2005; luego juega con Pumas, donde Hugo Sánchez le abre las puertas para compartir la titularidad con Bruno Marioni.
El Tano era considerado para iniciar como titular pero sólo había hecho 3 goles en México tras su regreso; tenía que volver a tomar aires distintos, entonces volvió a partir, sin saber, que no volvería a jugar para ningún club azteca de nuevo, y sin tener idea, de que moriría años más tarde, muy lejos de su tierra.
En 2006, Monterrey ficha a Antonio de Nigris; sin embargo, su regreso a la Liga MX se pospone, pues Rayados lo cede al Shandong Luneng de China, donde, tras inconsistencias con su contrato, se ve obligado a buscar otro equipo, lo encuentra en Brasil, con el mítico Santos; luego regresa al país de oriente para jugar con tres clubes de dicha nación, de 2006 al 2009, donde anotó 29 goles.
En ese tiempo, Antonio de Nigris intentó volver a su tierra; sin embargo, el Pacto de Caballeros hizo de las suyas, pues el Tano ya no podía jugar en otro club de la Liga MX que no fuese el Monterrey; y nadie quería pagar a Rayados, la cuota que exigía por el trotamundos.
Poco importó al Tano la situación, pues su momento en China era productivo, e incluso Hugo Sánchez lo consideró con la Selección Mexicana, tiempo antes de ser cesado del banquillo tricolor.
Pero llegó el tiempo de cambiar de aires por última vez más; el 27 de agosto de 2009, el AE Larisa de Grecia ficha a Antonio de Nigris, quien le diagnostica problemas cardiacos por su edad; el delantero continúa en el equipo bajo su riesgo sin dar a conocer al mundo dicha posibilidad.
“Quiero hacerme de muchos logros para el Larisa y para mí, pues no pierdo la esperanza de que Javier Aguirre me llame”, decía Antonio de Nigris un mes antes de morir, con la esperanza de llegar a Sudáfrica 2010.
Pero la motivación del Tano era singular, pues sus experiencias en otros países lo incitaban a escribir un libro al respecto, pero la mañana del 16 de noviembre de 2009, esos sueños terminaron, pues el mundo se enteró de la caída del trotamundos.
Los homenajes comenzaron el mismo día de su muerte, donde la afición del Larisa acudió a la sede del club a poner veladoras en el altar que colocó la directiva del equipo. Mientras tanto en la Liga MX se jugaba la liguilla y la FMF propuso que se rindiera un minuto de aplausos en cada partido de ese Apertura 2009.
El trotamundos había caído, pero entonces ascendió para guíar a su hermano, entonces figura del Monterrey, a ganar el torneo de Liga MX de esa campaña. Antonio de Nigris no cumplió el sueño de jugar un Mundial, ni de escribir un libro, pero acompaño a Aldo y a la afición Rayada, a alcanzar la gloria.